Soflamas, anuncios y promesas

Los representantes del comité de empresa del astillero de Puerto Real terminaron ayer a mediodía el encierro pacífico de 24 horas que protagonizaron en el Ayuntamiento de la localidad. Una de las declaraciones más importantes las hizo, precisamente, el responsable del comité, el sindicalista Ramón Linares, que, preguntado sobre el desarrollo de esta protesta, dijo que 24 horas encerrado con el resto de compañeros dan para hablar y reflexionar mucho. El tiempo pasa despacio y el tema de conversación siempre es el mismo. Los trabajadores están hartos de promesas. «¿Cuando llegarán los contratos?». «¿Hasta cuándo aguantará Navantia soltando dinero sin actividad alguna?». De momento, los trabajadores de astilleros pueden darse con un canto en los dientes ya que, pese a la inactividad, siguen cobrando sus nóminas. Sin embargo, la situación puede revertir sin los anuncios, soflamas y promesas del Gobierno no se cumplen en breve. La industria auxiliar de la Bahía ha perdido en los últimos tres años de parón de los astilleros casi 6.000 empleos y unas 180 empresas, según los sindicatos, han cerrado. Navantia no puede aguantar más tiempo parada. Los ánimos de la plantilla están a flor de piel ante anuncios que, de momento, son conjeturas. Este es el caso del que hizo el ministro Montoro hace dos semanas en el Congreso de los Diputados al anunciar que se contratará la construcción de un barco para la Armada. Sin embargo, ni la propia Navantia sabe a qué se refiere el ministro. El quinto gasero para Gas Natural, anunciado a bombo y platillo, tampoco sale adelante. Aún no se ha presentado la oferta económica. El contrato de Catar está en juego y la última aspiración es el contrato eólico con Iberdrola. Esperemos que las elecciones traigan acuerdos navales.