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Una exultante Yoko Ono rompe, ayer, a bailar ante los fotógrafos en una de las salas de museo bilbaíno que acoge su retrospectiva. :: AFP
Sociedad

«Respiro arte; es el oxígeno que aún me mantiene viva»

Pionera y leyenda del arte conceptual, la viuda de John Lennon revisa en el Guggenheim 60 años de creación a través de 200 piezas e instalaciones Yoko Ono Artista

MIGUEL LORENCI
BILBAO.Actualizado:

Paz, esperanza, diálogo, optimismo. Estas palabras trufan el cándido discurso de Yoko Ono (Tokio, 1933). Puede, al fin, presentarse como la gran artista que es, libre de la leyenda negra de la 'bruja' que privó al mundo del talento de los Beatles. De apariencia frágil, su afable cordialidad invita a la charla siempre que no se pise el 'callo beatle'. «Se acabará la entrevista», advierten sus asesores. Pero será ella quien, desmintiendo su imagen de fiera, evoque al marido asesinado, «un intelectual que creía mucho en mi obra». «Aún pienso que John está aquí. Sus bellísimas canciones las sentimos en nuestros corazones», dice. Con sus entusiastas 81 años trasmite una confianza entre sorprendente e ingenua en la bondad del género humano. «Crear es el oxígeno de mi vida», asegura mirando al interlocutor con sus brillantes ojitos de azabache por encima sus enormes gafas oscuras. Tímida, de negro riguroso, no se libra de las lentes y el sombrero ni en la penumbra de la sala en la que despacha con la prensa. Feminismo, ecología, pacifismo son preocuciones de una creadora que seduce con su esperada muestra de 200 obras en la que admite mezclar «amor con algo de humor».

-¿Retrata la exposición a Yoko Ono?

-Mí espíritu está presente. Estoy en esas obras en cuerpo y alma.

-Las obras que tienen 60 años, ¿mantienen su intención y frescura?

-No siempre. Se ve cómo algunas cosas estaban bien y otras son normalitas. Agrada ver cómo tanto tiempo después muchas de las cosas que parecían increíbles, únicas y creativas, hoy no chirrían. Que mucha gente ha hecho cosas parecidas.

-¿Le tienta corregir algo?

-No. Es complicado e inútil. Alterar las piezas no conduce a nada. Incluso las que veo menos acertadas. Lo que hoy parece menos interesante quizá lo sea en el futuro. El tiempo es un gran creador, un buen artista.

-¿Su obra es provocadora?

-No, aunque haya quien lo piense. Busco una reacción en el espectador. Si hay una provocación más intensa, está en su mente. Mis piezas pueden mezclar amor con humor. Necesitan del otro para tomar sentido. Me gusta que la gente participe, que interactúe con mi obra, pero no busco provocar.

-En el arte conceptual prima la idea. ¿Importa más imaginar el David o el Guernica que ejecutarlos?

-Nada arranca sin la imaginación. Nada se crea sin una idea. Nada es sin un concepto. Hay que visualizar las cosas. Imaginarlas. Materializarlas, es meritorio, pero imaginarlas es primordial. En el principio fue la palabra, dice el Evangelio, y ahí surge todo. Es irrefutable. Sin imaginación nada existiría.

-Pionera, sigue activa a una edad del retiro para muchos.

-La actividad creativa, el arte, la música, las performances, me han hecho respirar en estos sesenta años. El arte me sostiene y me hace seguir adelante. Es mi oxígeno. Mi combustible vital. Respiro arte. Es lo que me mantiene viva. Antes que pionera, soy una superviviente.

-¿Por qué las mujeres son una rareza en la historia del arte?

-La labor realmente importante de la mujer es crear la vida. La humanidad existe a través de nosotras. Parece una obviedad, pero nada existiría sin las mujeres, sin la maternidad. Jamás se ha apreciado lo suficiente su contribución a la vida y a las sociedades. No se reconoce. Acaso los hombres están muy asustados e incapacitados para otorgarles el reconocimiento que merecen. Algo tan poderoso como para que los hombres rindieran pleitesía sin descanso. En su lugar, es como si hubieran decidido ignorar el valor de esa contribución al plantear que la maternidad es una obligación. Y no es cierto. Tienen que cambiar. Hay que sostener un diálogo para avanzar juntos. La vida es ese progreso. Queda mucho por hacer.

-¿El arte nos hace mejores?

-Depende de cómo te relaciones con él. Puedes ir a un museo tras leer las reflexiones de un crítico sobre lo que vas a ver. Si asumes sus criterios y juzgas desde su razón, vamos mal. Miras con los ojos de otro. No avanzas. Si eres capaz de mirar de forma limpia, sacar tus conclusiones, si tú eres el crítico, estás siendo creativo. Si todos somos activamente creativos empezamos a asegurar la supervivencia del planeta, que es de que estamos tratando aquí.

-¿No lo matamos entre todos en lugar de salvarlo?

-No. Estamos cambiándolo y cambiando. Soy muy optimista. Para que se produzca un cambio muy positivo hay que pasar por situaciones horribles, atravesar etapas muy oscuras antes de que haya esperanza. Es complicado y extraño, pero es así. Si todo está bien, nada mejorará. Hace falta un diálogo, que también se da en la naturaleza, para llegar a ese punto de inflexión positiva.

-¿El arte frena la violencia?

-No lo sé muy bien. Quiero que cada cual desarrolle su creatividad. Es bueno y útil para la convivencia pacífica. Ese diálogo creativo es constructivo y empático. Soy optimista. Espero ver la paz en el mundo. Estados Unidos ha reducido por primera vez el gasto militar. Es esperanzador y valiente, un ejemplo para otros países equivocados al gastar tanto en industria militar.