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Los niños, los más vulnerables en un accidente
En 2012, once de los 23 menores fallecidos en carretera no utilizaban un sistema de retención infantil
MADRID Actualizado: GuardarEn un accidente de tráfico los niños son los más vulnerables, tanto si están fuera como si van dentro del vehículo. Durante 2012, once de los 36 menores fallecidos en vías interurbanas no llevaban puesto ningún sistema de retención, según los datos sobre siniestralidad de la Dirección General de Tráfico (DGT). Sin embargo, las estadísticas son aún peores cuando el accidente ocurre en vías urbanas, donde ninguno de los cuatro niños fallecidos lo llevaba a pesar de que, según la Asociación Española de Productos para la Infancia, estos elementos pueden prevenir entre un 50 y un 80% de las heridas graves o mortales en un accidente.
La Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020 de la DGT tiene un objetivo claro: «Ningún niño fallecido en accidente de tráfico por no ir correctamente sentado en una silla adecuada a su peso, talla y edad».
Los expertos coinciden en el beneficio de llevar al niño en el sentido inverso de la marcha. «Las fuerzas que se registran en caso de impacto se distribuyen por todo el cuerpo y no se concentran en la zona del cuello», como ocurre cuando viaja mirando hacia delante, según explica el jefe de la Unidad de Coordinación de la Investigación de la DGT, Juan Carlos González. Esto es debido al tamaño de la cabeza de los menores respecto al cuerpo, que sustenta un cuello cuyas vértebras y músculos están por desarrollar. En un adulto la cabeza representa el 6% de su peso, mientras que en un pequeño llega al 25%.
Según los datos recabados en los partes de accidente, las lesiones más frecuentes entre los niños de 0 a 2 años están en el cuello, mientras que entre los 2 y 4 años se localizan en la cabeza y entre los 4 y los 10 años pasan al abdomen.
A estas dramáticas evidencias se suma que al ir sentado en el sentido contrario a la marcha se reduce en un 75% el riesgo de sufrir lesiones, según un estudio del RACE y Cybex, en colaboración con la DGT. Para ello se realizaron dos impactos (o crash test) a 64 km/h con dos sillas del grupo I (de 9 hasta 18 kilos) homologadas, en las que se colocó un 'dummy' de 18 meses, sentado en una sillita de retención infantil homologada a la derecha en la parte trasera.
En el impacto con el niño sentado en el sentido de la marcha, la cabeza -que no es retenida por nada- se desplaza hacia delante tirando del cuello, sometiendo a éste a una gran tensión. Esto puede estirar la médula espinal y el cráneo puede quedar desvinculado, pudiendo ocasionar la parálisis o muerte del pequeño. En sentido contrario de la marcha las fuerzas se distribuyen de manera más homogénea entre espalda, cabeza y cuello (una gran parte del cuerpo), de forma que el estiramiento del cuello es mucho menor.
Los expertos recomiendan que los niños viajen con sillitas en los asientos centrales, siempre y cuando estos dispongan de cinturones o anclajes para fijar correctamente el dispositivo de retención. Asimismo, advierten del riesgo de asfixia para el pequeño si este es colocado junto a una puerta que disponga de un sistema de airbag con cortinillas.
Elegir el adecuado sistema de retención infantil (SRI) para el menor puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Lo primero que hay que saber es que las sillitas deben ir sentido inverso a la marcha el máximo tiempo posible o hasta que la estatura lo permita, que suele ser hasta los 4 años o 18 kilos de peso. Si la sillita está colocada en el asiento del copiloto hay que desconectar el airbag.
Dónde sentarlos
Los menores no deben ir nunca en brazos de un adulto, ni en un cuco sujeto con los cinturones del coche, salvo por razones médicas. El SRI debe elegirse en función del peso y la estatura del niño, más que de la edad, e instalarse de manera que vaya perfectamente anclado, sin moverse. Se recomienda para ello el sistema Isofix del asiento del vehículo, si no deberá sujetarse con un cinturón de seguridad en tres puntos.
Por tamaños, los SRI pueden ser:
-Grupo 0 recoge a los recién nacido de hasta un año, con peso de hasta 10 kilos. Estos deberán ir en capazos que se colocan en los asientos posteriores o en las sillas en sentido contrarios a la marcha, preferiblemente en los asientos traseros.
-Grupo 0+ es para recién nacidos hasta 18 meses, con peso de hasta 13 kilos. Cuenta con un arnés de cinco puntos de anclaje. Se colocan en sentido contrario a la marcha.
-Grupo 1 recoge a los menores de 9 a 18 kilos, con edades de entre 1 y 4 años. Son sillas con arnés que miran hacia delante. El SRI se fija con el sistema Isofix o con el cinturón del vehículo.
-Los Grupos 2 y 3 son para niños de entre 3 y 12 años, con pesos que van de los 15 a los 36 kilos aproximadamente. Principalmente son asientos, aunque también existen cojines que elevan al niño hasta alcanzar altura para usar el cinturón del coche, como un adulto. En este caso es importante que banda diagonal del cinturón pase por encima de la clavícula y sobre el hombro sin tocar el cuello, y la ventral sobre caderas y muslos, nunca sobre el estómago.
La DGT también estudia prohibir que los niños cuya altura no supere los 1,35 metros puedan ocupar el asiento delantero derecho. En todo caso, aconseja que hasta los 14 años mejor en los asientos traseros.
Una vez sentados en el SRI, los padres tienen una segunda misión: Evitar que los niños se desaten. Por ello, los expertos aconseja que sean los mayores los que les hagan ver que, lo primero que han de hacer al subir al coche, es ponerse el cinturón.
Lo mismo ocurre con los autobuses escolares o de transporte discrecional. Hay que preocuparse de que el vehículo tenga cinturones. Muchos ya los tienen. Uno de los principales riesgos de accidente está en la subida y bajada del autobús. Dentro deben evitar levantarse del asiento con el vehículo en marcha.