El hijo de Ortega Cano dice estar «arrepentido y avergonzado»

Borracho y con la cabeza ida después de haber consumido porros y varias rayas de cocaína. Así iba José Fernando Ortega Mohedano, hijo de Ortega Cabo y Rocío Jurado, el día que agredió en compañía de otros cinco jóvenes a un cliente de un club de alterne, le robó el coche y luego se lo quemó. El hijo del torero declaró ayer en la primera jornada del juicio que se sigue en Sevilla por los incidentes ocurridos en la madrugada del 2 de noviembre de 2013 en el club El Rey 2000, ubicado en la localidad sevillana de Castilleja de la Cuesta. José Fernando reconoció los delitos de agresión y robo, a la vez que aseguró a la juez que se siente «arrepentido y avergonzado».

El joven, en prisión desde el 14 de noviembre de 2013, se enfrenta a una pena de hasta ocho años de cárcel. Fue recibido en las puertas del juzgado por una veintena de amigos y familiares, entre ellos sus tíos y su hermana, Gloria Camila. No estuvo su padre, que se encuentra a la espera de entrar en prisión por el accidente de tráfico que costó la vida al conductor del coche con el que colisionó. Al igual que los otros cuatro imputados en los hechos que están también encarcelados, el chaval llegó a la sala esposado.

Vestido con una camisa azul y un jersey claro, José Fernando atribuyó su comportamiento de aquella noche a que estaba bajo los efectos del «alcohol, porros y varias rayas de coca» que admitió haber consumido, al tiempo que recordó ante la juez que colaboró en el esclarecimiento de lo ocurrido e indemnizó a la víctima con 10.000 euros.

Copas y puñetazos

Los hechos se sucedieron de madrugada después de que uno de los cinco acusados tuviese un incidente con un cliente del club de altene porque al parecer le había derramado una parte de su consumición. Los jóvenes se enzarzaron en una discusión y el amigo del hijo del torero propinó a su contincante un puñetazo en la sien.

La cuadrilla de José Fernando se sumó a la disputa y el denunciante salió huyendo del lugar hasta que los cinco amigos le dieron alcance, le agredieron y le robaron sus pertenencias. Luego el hijo del torero acompañado por otro amigo cogió el coche de la víctima, un Audi, y abandonó el lugar. Posteriormente lo roció de gasolina y le dio fuego.