ESPAÑA

Los islamistas retornados y el Al-Qaida magrebí, las amenazas más serias una década después

Fernández Díaz revela que España sigue desde hace dos años en un nivel de «riesgo probable» de atentados yihadistas

MADRID. Actualizado: Guardar
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Diez años después de los atentados del 11-M, el Ministerio del Interior cree que España «sin duda» sigue en el «punto de mira» del yihadismo internacional y mantiene en el nivel 2 (de una escala de cuatro) la alerta antiterrorista por considerar que hay un «riesgo probable» de un atentado de corte islamista en territorio nacional. Los muyahidines retornados de zonas de combate, Al-Qaida en el Magreb Islámico (AQMI), la acción de los 'lobos solitarios' y la infiltración de radicales en colonias musulmanas en la península y, sobre todo, en Ceuta y Melilla son los principales quebraderos de cabeza de las fuerzas de seguridad una década después de la matanza de los trenes.

El propio titular de Interior desveló ayer que el Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA) mantiene inalterada en los «últimos dos años» el nivel de alerta por considerar que la amenaza de los yihadistas sigue «siendo alta». Lo que equivale a un nivel 2 del Plan de Prevención y Protección Antiterrorista, puesto en marcha en junio de 2009. El primer nivel de esa escala, calificado de «medio», responde a un riesgo «potencial» de atentado terrorista. El segundo, el actual, se denomina «alto» y se activa si existe un riesgo «probable» de ataque. El nivel «muy alto» se activa ante una amenaza «altamente probable» de atentado terrorista, y solo llega al «extremo» si la amenaza es de una acción violenta «inminente».

«No somos los únicos, pero estamos en el punto de mira», explicó Jorge Fernández Díaz, quien recordó que Al Andalus, que el yihadismo violento identifica no solo con Andalucía sino con toda España, sigue siendo una constante en las proclamas y reivindicaciones de Al-Qaida y de su más cercana e inquietante filial, Al-Qaida en el Magreb Islámico, con fuerte implantación en el norte de África y, particularmente, en Marruecos.

«Antenas»

La preocupación sobre la actividad del AQMI es tal, que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha convertido a este grupo en una de sus principales obsesiones, según revelan diferentes informes antiterroristas. El CNI, desde el secuestro en noviembre de 2009 de los cooperantes catalanes Albert Vilalta, Roque Pascual y Alicia Gámez, cuando viajaban por Mauritania, mantiene activas en ese país, Argelia, Marruecos y Malí diferentes antenas. Su intercambio de información sobre AQMI con los servicios antiterroristas de países amigos, especialmente Francia y Estados Unidos, es una constante en los últimos años, tal y como revelaron los cables de Wikileaks.

Otra de las amenazas que quita el sueño desde hace un año es la posibilidad de un atentado a manos de los 'lobos solitarios', los islamistas que actúan de forma independiente inspirados por la doctrina de Al-Qaida, pero sin contactos con estructura alguna y sin órdenes directas. Dentro de este grupo -revelan informes de inteligencia fechados en la primavera del año pasado- preocupa particularmente la figura de los «yihadistas retornados», ciudadanos españoles o extranjeros residentes y aparentemente integrados desde hace años en España que, tras su paso temporal por escenarios bélicos, deciden volver a su casa para llevar a cabo su particular «guerra santa», que, aunque con medios modestos, puede ser letal. Libia, Túnez y, sobre todo ahora Siria, son los países de entrenamiento de esos potenciales muyahidines en España.

Esos sí, Fernández destacó que diez años después del 11-M la especialización de los servicios del Estado para neutralizar esa amenaza es mucho mayor. El ministro aseguró que hoy trabajan 1.800 efectivos destinados a combatir el terrorismo islamista. Y recordó que en esta década, las fuerzas de seguridad han detenido a 472 yihadistas frente a los 105 activistas arrestados antes de los ataques a los trenes.