El Bayern pasa la eliminatoria sin sobresaltos

Se marchó de Múnich el Arsenal eliminado y sin orgullo. Los de Wenger debían remontar un 0-2 en contra y su indolencia les impidió sorprender a un conjunto sin fisuras y con la lección bien aprendida. Lejos de conseguir la precipitación que necesitaba del Bayern, el equipo inglés se acomodó a las órdenes de su rival y entregó su eliminación sin apenas resistencia. Como el discurso habitual de su entrenador, el club británico se movió con suavidad por el campo sin morder a sus rivales, sin presionar a sus adversarios y con una actitud que jamás lograría deshacerse de una escuadra con los cimientos y la experiencia del Bayern.

Con la ventaja de la ida y la confianza de un equipo que encadenaba más de una decena de triunfos consecutivos, el Bayern se apoderó de la eliminatoria desde el primer instante. Los futbolistas de Guardiola manejaron el balón con pausa, con seguridad y casi a ritmo de entrenamiento ante la supuesta presión inicial del Arsenal. Así, el equipo bávaro distribuyó sus pases con acierto y la calidad de sus futbolistas le proporcionó más oportunidades para anotar que su necesitado rival. No obstante, el Bayern debió esperar hasta la segunda parte para marcar porque tardó en calentarse la maquinaria alemana. Fue Schweinsteiger quien encontró un hueco en la defensa londinense y envió el balón a la red.

Con otro gol en la cartera el Bayern se relajó hasta que un alemán les despertó. Podolski, apagado en la primera parte, apretó a Lahm en la banda derecha y le arrebató el balón para un cara a cara con Neuer que ejecutó con un disparo poderoso por encima del guardameta. Pero el fallo del lateral fue el único que concedió el Bayern en todo el partido y el Arsenal de marchó de Alemania eliminado y con la sensación de mansedumbre o de incapacidad de plantar cara al sólido equipo muniqués. De hecho, el Arsenal se despidió con un empate porque Fabianski acertó a detener un penalti lanzado por Müller en el tiempo añadido.