naufragio en asturias

«Había tres balsas, pero sólo un marinero»

"Como lo de hoy nunca vimos nada. Esto es muy gordo", señala el marinero que rescató a uno de los tripulantes del 'Santa Ana'

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Gustavo González y su hermano Vicente estaban esta mañana faenando en el 'Maresco', a dos millas de Isla Erbosa, cuando una alarma saltó en su barco: una embarcación acababa de tener un accidente a dos millas de su posición. Eran las cinco y cuarto de la mañana y en quince minutos llegaron a la zona del siniestro. Lo que se encontraron fue una de las escenas más duras de cuantas han visto durante sus años de trabajo en la mar. "El barco estaba casi hundido y había tres balsas salvavidas en el agua, pero solo una persona en una de ellas", ha señalado Gustavo González.

Con mala mar y en una zona peligrosa, decidieron lanzar un cabo a la embarcación y sacarla de la zona de las rocas. "El hombre estaba muy mal, muy nervioso. Tenía un golpe en la cabeza y cortes en las manos y los pies. Además, le dolía la espalda, no se tenía en pie", recuerda.

Con el náufrago ya en su barco, este les pidió que le llevaran a tierra, ya que se encontraba en muy mal estado. "Lo llevamos a Luanco, temblaba de frío", ha señalado Gustavo González, que todavía trata de reponerse de lo sucedido después de pasar el resto de la mañana ayudando a los equipos de rescate y salvamento en la búsqueda de los seis desparecidos. "El año pasado ayudamos a una lancha pequeña, pero como lo de hoy nunca vimos nada. Esto es muy gordo", ha dicho.