Excesivo castigo para el filial cadista
En una mañana marcada por el fuerte viento, el Recreativo B se lleva los tres puntos del Rosal en uno de sus escasos acercamientos al área local
PUERTO REAL.Actualizado:La mala racha del filial cadista parece no tener fin. Un punto en siete partidos es el paupérrimo bagaje de los pupilos de Pepe Bermúdez en el último tramo liguero. Un balance desalentador que deja para otra ocasión el sueño de disputar la fase de ascenso a Segunda B. Ahora suena más que nunca a utopía.
Y eso pese a que con ganas de cambiar el rumbo llegaba el Cádiz B a una cita entre filiales frente al Recreativo B. Después del duro revés sufrido hace una semana en Alcalá de Guadaira, la idea era mejorar la imagen y volver a alimentar la ilusión. El encargo se quedó a medias.
Y es que, aunque el equipo gaditano salió con otro aire al césped del Rosal, el fortísimo viento de Levante jugó una mala pasada en una mañana desapacible. Controlar el esférico se antojaba complicado y los dos equipos lo notaban. Por si fuera poco, los locales no aprovechaban tener a su favor el viento en los primeros 45 minutos. Jugaron esa carta y no sacaron tajada de ella.
De hecho, un chut de Carri que atajó Arturo, un córner directo sacado por el extremo, un centro de Rubén Cervera al que no llegó Riki tras la indecisión de la zaga y las subidas al ataque de Rubén Díaz y Gabi en las jugadas de estrategia fueron los pocos exponentes de los amarillos en un primer tiempo marcado por la zozobra. De los onubenses sólo se supo cuando Antonio Domínguez se precipitó al ver a Manu lejos de su marco tras un despeje.
Demasiado previsible
Pudo cambiar el panorama con el inicio de la segunda parte. Ya con Diego, que había sustituido a Jaime, sobre el terreno de juego, el gol estuvo cerca de llegar en una jugada a balón parado. Era la única forma de poner en aprietos a los cancerberos. Fue en un disparo cruzado de Juanmi, tras un saque de esquina, que salió rozando el palo sin que Sergio pudiera rematar sobre la línea.
Dos faltas botadas por Carri sin mucho peligro fueron los siguientes avisos de un Cádiz B que tampoco pasaba apuros. Hasta que Tomás Girón aprovechó un balón a la espalda de la zaga local para superar a Manu con un tiro certero y ajustado (78').
El mazazo fue definitivo para un Cádiz B que buscó arañar un punto a la desesperada. Sólo en una acción aislada que sacó la retaguardia albiazul en dos ocasiones estuvo cerca el empate. Todo lo demás fue muy previsible. La reacción no llega.