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ESPAÑA

Mas empieza a aceptar que no habrá consulta ni plebiscitarias

El presidente de la Generalitat se muestra dispuesto a negociar con Rajoy el nuevo modelo de financiación común

CRISTIAN REINO
BARCELONA.Actualizado:

Artur Mas afirmó ayer que convocará la consulta soberanista para el 9 de noviembre. De lo que ya no se mostró tan seguro es de que se vaya a celebrar. Tiene tres opciones y las puertas se le van cerrando. En primer lugar, el presidente de la Generalitat aspira a que el referéndum sea acordado con el Gobierno central a través de la delegación de competencias. El debate en el Congreso todavía no se ha producido, pero se prevé un portazo contundente. La segunda carta es la ley de consultas, que la cámara catalana aún tiene que aprobar y que para que pudiera ser útil debería sortear las impugnaciones del Gobierno y el pronunciamiento del Constitucional.

Nada hace pensar que la corte dé luz verde, con lo que a Mas solo tendría el tercer plan, las elecciones plebiscitarias, pero que el propio presidente de la Generalitat las descartó para el 9 de noviembre. «El 9-N difícilmente puede haber elecciones», expresó en una entrevista en Rac1. Desmintió así los rumores que vaticinan un anticipo electoral para otoño y reforzó la idea de que es partidario de agotar la legislatura en 2016.

Mas levantó una pizca el pie del acelerador independentista. Está por ver si por convicción, por las presiones de la UE y del empresariado, por la cada vez más frágil unidad del frente soberanista o por necesidad estratégica porque considera que debe hacer gestos de moderación para abrir un diálogo con el Gobierno central una vez que se celebren las elecciones europeas. Mas insistió en que esta negociación con la Moncloa debería abordar la consulta porque «no se entendería» una reunión de ambos gobernantes en la que no se tratara el referéndum, sería «una reunión entre zombis». Pero por si no lo tenía claro, desde la Moncloa la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría insistió en que de consulta nada y si Mas quiere hablar con Rajoy sería para tratar del «bienestar de los catalanes».

Diálogo sin condiciones

Aun así, por primera vez se mostró abierto a sentarse con el presidente «sin condiciones». Y es que las comunidades deben negociar este año con Hacienda el nuevo modelo de financiación y el Ejecutivo catalán no quiere renunciar a pescar una mejora por un prurito independentista. La Generalitat decía que no quería, pero también jugará la partida del diseño del nuevo reparto del dinero dado que la financiación de Cataluña, a su juicio, ha empeorado desde 2009 ya que es la tercera comunidad que más paga por habitante y la décima en recepción de recursos per cápita.

Al descartar el 9 de noviembre como fecha de las plebiscitarias Mas busca ganar tiempo. Lo que no está claro es que el resto de partidos que impulsan el referéndum vayan a permitir que la legislatura se prolongue más allá de 2014. El presidente catalán reconoció problemas con Esquerra por la malograda lista unitaria para las europeas, pero ERC se siente fuerte, es su momento electoral y no puede permitir que el mandato de Mas se prolongue hasta 2016 porque corre el riesgo de que si la economía se recupera, lo haga también CiU.