El Parlamento separatista de Crimea consuma su amenaza y aprueba su adhesión a Rusia
Moscú promete resolver la anexión en «tres o cuatro días» si gana el 'sí' en el referéndum convocado el 16 de marzo
SIMFERÓPOL.Actualizado:Las enormes presiones internacionales sobre Moscú y la presencia de observadores de la OSCE y la ONU en Crimea han causado una huida hacia adelante del Kremlin y de sus aliados en Simferópol. Si antes parecía que Rusia se conformaría con una Crimea independizada de Ucrania y convertida en su protectorado, como en los casos de Abjasia y Osetia del Sur con respecto a Georgia, ahora todo parece indicar que se plantea su anexión.
El Parlamento de Crimea, cuyos diputados tuvieron que subordinarse la pasada semana a la voluntad de un grupo de hombres armados y cambiaron la composición del Gobierno local bajo esas presiones, ayer decidieron adelantar una vez más el referéndum sobre el estatus de la península. Primero se había convocado para el 25 de mayo, después para el 30 de marzo y ayer se decidió que se celebre el próximo día 16.
En las papeletas de voto habrá dos preguntas: «¿está usted a favor de la reunificación de Crimea con Rusia como sujeto de la Federación rusa?» o «¿está usted a favor de que se restablezca la Constitución de Crimea de 1992 y el estatus de pertenencia a Ucrania?» Sin embargo, los diputados aprobaron ayer por «unanimidad» una resolución para la incorporación de Crimea a Rusia sin esperar al resultado de la consulta. El presidente de la Cámara, Vladímir Konstantínov, explicó que el referéndum será para ratificar esa medida. «La decisión responde a una política responsable (.) esperamos que el referéndum del 16 de marzo la refrende», dijo Konstantínov. No obstante, el viceprimer ministro del autoproclamado gobierno de la península, Ruslán Temirgalíev, aseguró que «la reunificación de Crimea a Rusia ha entrado en vigor desde el momento de su adopción, es decir, hoy -por ayer-». Fuera, varios centenares de personas se manifestaban en apoyo a la consulta y a la adhesión a Rusia.
Mientras, en Moscú, el presidente ruso, Vladímir Putin, se reunía con su Consejo de Seguridad. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, informó de que en la reunión tomaron parte el primer ministro, Dmitri Medvédev, los presidentes de las dos Cámaras del Parlamento, los titulares de Defensa e Interior y los máximos responsables de los servicios secretos. No se facilitó ningún comunicado sobre el contenido del encuentro, pero Leonid Slutski, el jefe del comité parlamentario de la CEI (las antiguas repúblicas soviéticas salvo las tres bálticas), declaró poco después que «todos los grupos parlamentarios de la Duma -Cámara Baja- estamos por preservar la integridad territorial de Ucrania». Tales palabras parecieron un intento de dar imagen de que a Putin le preocupa el futuro del país vecino y de que reflexiona sobre lo que hay que hacer.
Pero, de acuerdo con las informaciones difundidas por diferentes medios rusos, la Duma podría aprobar ya la semana que viene una ley que regule la incorporación a Rusia de «partes de países extranjeros» desgajadas como resultado de la «voluntad popular expresada democráticamente». El senador ruso, Anatoli Liskov, manifestó que «si en el referéndum una mayoría de ciudadanos se pronuncia por el 'sí' y el presidente Putin recibe una notificación en ese sentido, entonces la cuestión puede resolverse en un plazo muy breve de tiempo, tres o cuatro días».
Estas declaraciones preocupan mucho a las nuevas autoridades de Kiev, ya que denotan una prisa enorme por parte de Moscú de anexionarse Crimea. El presidente en funciones de Ucrania, Alexánder Turchínov, anunció ayer en un mensaje televisivo el comienzo de un proceso para la «disolución» del Parlamento de Crimea. Turchínov daba además por anulado el referéndum, cuya celebración calificó de «ilegal». El problema es que, en la actual situación de ocupación de Crimea por el Ejército ruso, Kiev carece totalmente de mecanismos para que sus decisiones sean respetadas y aplicadas por la dirección rebelde de la península.
Propiedades nacionalizadas
Temirgalíev ha advertido de que, una vez que Crimea pase a formar parte de Rusia, «todas las propiedades de Ucrania aquí serán nacionalizadas». El autoproclamado primer ministro alertó también sobre el hecho de que los militares ucranianos que siguen sin deponer sus armas en la península se convertirán pronto en «fuerzas de ocupación».
Rusia comenzó ayer otras nuevas maniobras. Esta vez de defensa aérea, las más importantes llevadas a cabo en la parte occidental del país. Así lo indicó Oleg Kochetkov, el portavoz militar de las tropas concernidas en los ejercicios, en los que participan unos 3.500 efectivos y más de 1.000 dispositivos. Al mismo tiempo, la Marina rusa hundía un viejo navío en el acceso a una dársena de la fuerza naval ucraniana junto a Sebastopol para bloquear sus barcos.