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La convivencia religiosa se resquebraja
La crisis política que sacude Ucrania erosiona la relación entre los ortodoxos dependientes del Patriaraca de Kiev y los de Moscú
SIMFERÓPOL. Actualizado: Guardar«Todo lo que está pasando ahora en Ucrania a nivel político tiene, desgraciadamente, reflejo en la realidad religiosa del país», sostiene el padre Pável, párroco de la iglesia de la Santísima Trinidad de Simferópol, la capital de Crimea. Según su opinión, «todo esto puede agrandar aún más la brecha existente entre la dos iglesias ortodoxas de Ucrania»; la subordinada a Kiril, el Patriarca de Moscú, y la que sólo reconoce la autoridad espiritual de Filaret, el Patriarca de Kiev.
Pável no ve en Crimea posibles problemas interreligiosos, ya que, subraya, «los que obedecemos a Moscú somos aplastante mayoría. El resto de las religiones, incluyendo a los ortodoxos kievitas y a los musulmanes, que son pese a todo importantes en la península, están en franca minoría». «En lo que estamos todos unidos es en el amor a Dios y en el deseo de que no haya ninguna guerra», afirma el sacerdote ruso.
Sin embargo, entre los musulmanes que viven en Crimea, los tártaros, cunde cierta alarma, sobre todo después de que el Parlamento local decidiera ayer la incorporación de la península a la Federación de Rusia. Refat Chubárov, líder de la comunidad tártara, cree que la decisión sobre la anexión «la han adoptado unos locos». A juicio de Chubárov, la situación en Crimea «avanza con brutal velocidad hacia el precipicio».
El padre Ioann, jurista de la diócesis de Crimea de la Iglesia Ortodoxa leal a Moscú, se lamenta de que las tensiones políticomilitares que actualmente agitan a Ucrania «puedan llegar a desestabilizar las relaciones humanas en su conjunto». «Yo nací aquí en Crimea, en Kerch, mi padre es ucraniano y mi madre rusa, hablo los dos idiomas perfectamente y nunca tuve problemas con representantes del resto de las confesiones religiosas presentes en la península y hay de todo: ortodoxos, musulmanes, católicos, judíos, protestantes.». Tanto Pável como Ioann se refieren a la existencia del llamado Consejo interreligioso, una organización social promovida por todas las iglesias para evitar que surjan desavenencias entre los fieles de distintas confesiones.
Pero la revuelta habida en Kiev, cuyo principal resultado ha sido el derrocamiento de Víctor Yanukóvich, se quiera o no, ha erosionado el entendimiento y la concordia entre algunas de las religiones presentes en Ucrania. La Iglesia Ortodoxa fiel a Kiev y la Greco-Católica apoyaron desde el primer momento las manifestaciones en la capital. Sus religiosos acudieron diariamente al Maidán a oficiar misas mientras que la Iglesia Ortodoxa devota al Patriarcado moscovita se mantuvo al margen.