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El PP sortea su segunda crisis regional al respaldar la dirección a Quiroga en el País Vasco
Cospedal sale reforzada tras el revés de Andalucía, aunque ha soportado dos pulsos en menos de un mes de un miembro de la dirección
DUBLÍN. Actualizado: GuardarEl PP lleva meses revuelto, aunque la crispación apenas sale a la superficie. Dolores de Cospedal zanjó 'in extremis' un nuevo conato de crisis interna, en este caso, en el País Vasco. El guión recordó mucho al que se vivió hace un mes en Andalucía, aunque con un desenlace más favorable para sus intereses.
La secretaria general del PP mantuvo firme su respaldo a Arantxa Quiroga, pese a que a menos de 24 horas para el inicio del congreso regional del PP vasco, aún no había logrado imponer a un número dos de su confianza. El desenlace, que se conoció a las 19.30 horas de ayer, confirmó que Quiroga, pese a las presiones de Alfonso Alonso, portavoz del grupo popular en el Congreso y exalcalde de Vitoria, había logrado imponer a la vizcaína Nerea Llanos como su número dos. Los populares de Álava, los que más poder institucional ostentan, querían a uno de los suyos, en concreto, a Javier de Andrés, diputado general de Álava, que finalmente se hace con el número tres de la formación.
Los días previos a este acuerdo fueron tan tensos que Quiroga amenazó el lunes con dimitir, según fuentes de los populares vascos. Cospedal, que siguió las horas finales de la tensa negociación, desde Dublín, donde participó en la primera jornada del Partido Popular Europeo, negó el órdago y fue especialmente vehemente a la hora de asegurar que Quiroga tendría las manos libres para confeccionar una dirección de su total confianza. Un mensaje que, unido al silencio de Mariano Rajoy, que estuvo toda la mañana enclaustrado en el Consejo Europeo convocado para analizar la crisis en Ucrania, decantó la balanza a favor de la presidenta del PP vasco.
Fuentes de la dirección nacional del PP mostraron su profundo malestar por la actuación de Alonso, que rechazó el miércoles la propuesta de Quiroga para designar al concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Vitoria, Manuel Uriarte, como secretario general. «Esto es lo de siempre, gente que quiere seguir mandado pese a que ya no está», espetó un miembro de la dirección nacional del PP en conversación informal.
Estas mismas fuentes achacaron a la falta de experiencia de Quiroga su arriesgado paso al anunciar que Iñaki Oyarzabal dejaría de ser secretario general del PP vasco sin tener amarrado a su sustituto. Cospedal impone momentáneamente su ley en el País Vasco, tras su derrota en Andalucía, donde Rajoy desoyó su sugerencia y designó a Juan Manuel Moreno como presidente del PP andaluz.
Rajoy, en esta ocasión, siguió las indicaciones de su número dos porque era consciente del riesgo que suponía exponer al PP del País Vasco a un nuevo choque de trenes. «En esta ocasión no dirán que Jaime Mayor Oreja es el responsable de todo este lío», exponía un eurodiputado presente en el cónclave popular de la capital irlandesa.
Además de la difícil transición entre el considerado 'viejo PP vasco', escenificado en nombres como Mayor Oreja, María San Gil o Carlos Iturgauiz, los populares cuentan con la dificultad añadida de recuperar el apoyo únánime de las víctimas del terrorismo, muy mermado tras la puesta en libertad de casi 70 presos de ETA en aplicación de la sentencia del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos que anuló la doctrina Parot .
Pelea por Madrid
Rajoy y Cospedal escenificarán mañana en San Sebastián el fin de las hostilidades, pero la secretaria general tendrá el lunes sobre la mesa el monumental lío del partido en Madrid. El que puede ser el tercer conflicto regional, pero este con dimensiones mayores. El PP de Madrid vive una crisis latente que ahora vuelve con fuerza gracias al empeño de viejos enemigos como Alberto Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre. El ministro de Justicia defendió ayer que la mejor candidata para el Ayuntamiento Madrid era la actual regidora, Ana Botella. Una opinión que llega en una semana plagada de insinuaciones sobre la posibilidad de que Esperanza Aguirre vuelva a primera línea para 'salvar' la Alcaldía de la capital.
Aguirre, fiel a sí misma, se deja querer sin dar un paso adelante y la habitual falta de claridad de los dirigentes populares ha ayudado a caldear el ambiente cuando faltan más de un año para las elecciones municipales y autonómicas. Cospedal, por ejemplo, en vez de cortar de raíz cualquier especulación sobre el retorno de la lider de los populares madrileños, comentó el miércoles que el PP «escucharía ala calle» antes de tomar una decisión sobre cuál sería la mejor opción para Madrid. Una frase que el entorno de la presidenta del PP de Madrid interpretó como un apoyo, extremo que la dirección del PP niega con rotundidad.