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Antonio Sañudo, junto a la zona en la que murió su hijo. :: L. V.
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Condenan a Diputación por la muerte de un joven en 2010

Un vecino de Algar perdió la vida en un accidente de tráfico en la CA6107 y la jueza ha entendido que el estado de la carretera y la falta de vallas fue determinante

ANTONIO ROMERO , sierra@lavozdigital.es
ALGAR.Actualizado:

Tras años de lucha de su familia, y especialmente su padre, el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Cádiz ha condenado a la Diputación Provincial por el fallecimiento de un joven de Algar en accidente de tráfico en enero de 2010. Daniel Sañudo perdió la vida al salirse de la carretera por culpa del barro que había en la calzada, según acredita el fallo.

Para su padre, Antonio Sañudo, la sentencia que se ha dictado viene a refrendar lo que ellos llevan años reivindicando «que mi Dani, mi hijo, no tuvo la culpa de su propia desgracia». Y aunque se ha establecido una indemnización para la familia de algo más de 117.000 euros más intereses, que tendrán que abonar la Diputación y la aseguradora AXA subsidiariamente, «lo único que verdaderamente nos importa es eso, que se ha demostrado que el mantenimiento de la carretera fue el culpable».

La jueza asegura que queda acreditado que el joven, de 21 años, no practicaba una conducción temeraria la noche de los hechos, que su velocidad era adecuada a la vía y que no invadió el carril contrario. Para ello, se basa en los informes de la Guardia Civil y los testimonios de testigos que así lo corroboraron en sede judicial. Además, llama la atención por el estado de la CA6107, dónde sucedió la desgracia, ya que hace referencia al hecho de que un malecón de hormigón, contra el que se estrelló el Renault Clio que conducía Daniel, ni siquiera contaba con vallas de protección para tratar de evitar o minimizar un posible impacto.

El padre destaca que «la Justicia me ha hecho ver que no es ciega, como los políticos que querían culpar a mi hijo por el hecho de ser joven». Además, pide a los responsables de estas vías «tercermundistas que tenemos que soportar» que «pidan perdón a mi mujer, su madre; a mi hija, su hermana; y a sus familiares y amigos por todo lo que nos han hecho sufrir», añadiendo que «a mí que no me lo pidan, que no voy a perdonarlos, y además que sepan que voy a seguir luchando por el arreglo de estas carreteras». De hecho, Antonio Sañudo recuerda que todavía no se han puesto las vallas de seguridad en la carretera en la que Dani perdió la vida.

El joven falleció cuando volvía de visitar a su novia en Prado del Rey, provocando un daño irreparable a una familia que además de recordarlo a diario y en cada momento, cada año le organiza un homenaje reivindicativo para pedir mejoras en las carreteras de la zona. Su padre, mantiene la cruzada que entonces emprendió y sigue pidiendo que «no se culpe, por defecto, a los conductores cuando las carreteras no reúnen las condiciones de seguridad necesarias».