Fútbol

Pedro se luce en el estreno de Diego Costa

El gol del tinerfeño descerrajó a Italia en un banco de pruebas para el Mundial

MADRID Actualizado: Guardar
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Pese a tratarse de un tetracampeón del mundo y un rival clásico en los últimos tiempos, hoy día vulgarizado pero siempre competitivo, Del Bosque utilizó el partido contra Italia como un banco de pruebas, de experimentos positivos por el triunfo, la imagen y el dominio. No le quedan más ensayos antes de dar la lista de mundialistas y era obligado extraer conclusiones. De ahí que prescindiera en el arranque los veteranos Xabi Alonso y Xavi, de sobra conocidos, y diese la alternativa a Thiago, Azpilicueta en el lateral derecho, Javi Martínez de central y Diego Costa de ‘9 verdadero’. Los cuatro cumplieron, sin alharacas, y completaron el choque en un Calderón mucho más frío que cuando juega el Atlético. Ese horario tardío echa al público del estadio y afea el homenaje a Luis Aragonés.

No suele este seleccionador premiar de inicio a un debutante, por aquello del respeto a la jerarquía y la antigüedad en pos de una buena convivencia y del respeto a los códigos del vestuario, pero la excepción confirma en este caso la regla. Después de meses de incertidumbre, de rechazar a la ‘Canarinha’ ante notario y de ser baja por lesión en los bolos infames ante Guinea Ecuatorial y Sudáfrica, era la hora de ver en acción al delantero del Atlético.

Luces y sombras de Costa en su estadio preferido. Es indudable que aporta grandes virtudes, ya que juega de espaldas, por alto, por bajo, entrando en velocidad y, si es menester, se pelea con su padre en pugna por el balón y la posición, pero se mostró cohibido, quizá con miedo a meter la pata. Tímido, algo remiso a la hora de entrar y aceptando, elegante, las disculpas de su compatriota Thiago Motta cuando le dejó los tacos. Un incordio, pero menos.

Tocó a veces bien y descargó rápido, pero acusó la enorme diferencia entre jugar con España o hacerlo en su club. Si en los rojiblancos se prodiga al contragolpe y en balones largos para buscarse la vida, casi siempre con éxito, con la selección debe moverse en espacios muy cortos y tocar más que percutir. Impreciso, erró algunos pases fáciles y, paradójicamente, le faltó agresividad al pisar el área. Del Bosque terminó satisfecho con su puesta en escena y, salvo sorpresa mayúscula, le llevará al Mundial.

Desde el buen trato del balón, España dominó a una Italia timorata en la que Prandelli también probó. Puso esta vez a cuatro en el fondo y no a tres centrales, y dejó a Pirlo en el banquillo hasta la segunda parte. Parece mentira que un jugador de casi 35 años sea la gran referencia dentro y fuera del campo de los ‘azzurri’. Faltaron algo de chispa, intensidad y tensión competitiva, pero España probó bastante a Buffon ya en el primer tiempo. Acabó casi siempre las jugadas y ensayó mucho más desde fuera de lo que hace el Barça.

Más allá del gol que rompió el partido, Pedro fue el mejor. El tinerfeño se toma cada partido como una final porque siente que tiene que reivindicarse al no ser indiscutible para el Tata Martino. Se prodigó en defensa y ataque y fue siempre un problema para Criscito, cambiado en el descanso. Jugó a un ritmo mucho mayor que sus compañeros.

Galones a Thiago

Thiago puede ser una joya para la selección. Los hinchas del Barça se quejarán, pero Guardiola hizo un gran favor al llevárselo al poderoso Bayern de Múnich y ofrecerle galones. Ha crecido de forma exponencial. Dejó algunos destellos magníficos, como ese caracoleo con el que redujo a la nada a Marchisio y Motta, pero tuvo un problema: jugó contenido, más pendiente de no alejarse de Busquets que de prodigarse en ataque. Es muy distinto a Xavi aunque se proyecte como su relevo.

El pamplonés Azpilicueta se ha hecho futbolista en el Chelsea, puede jugar en ambas bandas y es un lateral de ida y vuelta. Es fuerte y a Del Bosque, dispuesto a llevar sólo tres laterales a Brasil, le gusta. Y Javi Martínez cumplió de central, aunque tampoco se vio muy exigido. Le sobran colocación y anticipación mental pero carece de velocidad.

Pese a mostrarse muy inferior a España, Italia dispuso de dos grandes ocasiones en el primer acto. La más clara la protagonizó Cerci, cuyo centro-chut golpeó en el poste y volvió a las manos de Casillas. Y al filo de la media hora, Osvaldo se encontró un balón suelto y se llenó de balón. Sobresalió Candreva, un versátil centrocampista del Lazio. Mucho ojo con esos desajustes que en un cruce te envían de vuelta a casa.

Silva aportó más dinamismo y desequilibrio cuando entró por Cesc. De una combinación entre el grancanario e Iniesta nació el merecido gol de Pedro. Curioso el cambio en el descanso de Xabi Alonso en lugar de Busquets. Habrá que ver si en el Mundial Del Bosque es capaz romper una pareja inamovible. El típico carrusel de cambios, mató el partido en su tramo final.