Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Un autorretrato de Roger Fenton.
HISTORIA

La guerra de Roger Fenton

El fotógrafo británico, uno de los más reconocidos del siglo XIX, fue el primero en retratar un conflicto bélico: el de Crimea

J. I. FERNÁNDEZ
Actualizado:

Roger Fenton consiguió la inmortalidad en Crimea. Su carrera como fotógrafo (Lancashire, Inglaterra, 1819 -1869) fue breve, una década, pero extraordinaria en resultados. Su formación como pintor en París y como abogado en Londres no hacían presagiar la conversión de este hombre, educado en el seno de una familia de banqueros, en uno de los fotógrafos más reconocidos del siglo XIX. Pero la fotografía era una actividad nueva a la que su sensibilidad y deseo de aventura no pudieron resistirse. Sus primeros trabajos incluyen, entre otras, materias como el retrato, la arquitectura, de la que se convirtió en un gran especialista, y el paisaje, donde su talento destacó especialmente tal vez influido por la pintura. Sus fotografías de las campiñas de Escocia o Gales llegaron a ser comparadas por la calidad de su luz y la capacidad para captar la atmósfera con las pinturas de Turner o Constable.

Pero su inclusión como autor en la historia de la fotografía nada tiene que ver con esas temáticas, sino con una guerra: la de Crimea. Un conflico que enfrentó a mediados del XIX al Imperio ruso contra el Imperio turco, al que apoyaban una alianza de naciones formada por Inglaterra, Francia y el Reino de Piamonte. Comisionado por el editor de Manchester, Thomas Agnew, Fenton viajó a la península en conflicto con el apoyo del gobierno británico que esperaba que sus imágenes sirvieran para apaciguar los ánimos de una población atemorizada por las consecuencias de la guerra. De esa manera, Fenton se convirtió en el primer fotógrafo en retratar un conflicto bélico desde el terreno, el pionero de una larga tradición de documentalistas.

Sus imágenes de Crimea y su propia figura poco tienen que ver con las de otros grandes reporteros de guerra y con el arquetipo que, un siglo después, encarnó Robert Capa. Fenton no pudo llegar a la primera línea del frente, la técnica no se lo permitía pues debía preparar las pesadas placas dentro de un carromato tirado por caballos con el que recorría los campos de batalla, poco antes de ser expuestas. Tampoco podía inmovilizar las acciones, dada le escasa sensibilidad de los materiales que requerían muy largas exposiciones. Pero sus fotografías conservan el aliento de un tiempo y transmiten sensaciones inaprensibles de otro modo.

Soldados charlando, campos sembrados de balas de cañón, baterías dispuestas, campamentos, navíos en el puerto de Balaklava… El repertorio bélico de Fenton es limitado y carente de la acción y el dramatismo crudo que transmiten a menudo las imágenes bélicas de hoy, pero deja testimonio de una época, de un mundo distinto y distante en el que, sin embargo, la costumbre de matar y de morir no ha cambiado.

En 1862 Fenton vendió todo su equipo y negativos, renunció como miembro de la Real Sociedad Fotográfica que había contribuido a crear, y abandonó la fotografía. Su trabajo ha sido reconocido desde entonces como uno de los más influyentes de la primera mitad del siglo XIX. Falleció en 1869, muy lejos del frente.