Sociedad

Francisco recibe a los obispos a pocos días de la sucesión de Rouco

El cardenal se va tras haber dirigido con mano firme la Iglesia española durante cuatro mandatos, aunque no deja las cosas atadas

MADRID. Actualizado: Guardar
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Será el penúltimo discurso de Rouco. El presidente de la Conferencia Episcopal pronunciará hoy unas palabras ante el papa Francisco con motivo de la recepción que el pontífice dispensará a los 83 obispos españoles que realizan una visita 'ad limina' al Vaticano para rendir cuentas ante el sucesor de Benedicto XVI. En el transcurso de la audiencia, los prelados escucharán de Jorge Mario Bergoglio un mensaje que se antoja fundamental. Pronto los obispos tendrán que elegir al sucesor del cardenal Antonio María Rouco, que abandona la jefatura de la Iglesia a los 77 años, tras rebasar la edad de jubilación. Aunque no habrá consignas, Francisco, que está muy al tanto de lo que ocurre en la Iglesia española, no dejará escapar la oportunidad para lanzar sutiles recomendaciones.

El Papa jesuita, poco dado a ser profeta de catástrofes, alentará a los obispos a que ejerzan con entusiasmo su labor pastoral. Roma necesita nuevos hombres que lleven el magisterio de Francisco al mundo, y en España los pasos dados por ahora han sido tímidos. La remodelación de la jerarquía eclesiástica se ha limitado al cargo de secretario general y portavoz, ocupado ahora por José María Gil Tamayo, que sustituye a Juan Antonio Martínez Camino, mano derecha de Rouco durante una década. Tamayo concuerda mejor con la imagen amable del pontificado de Francisco, un Papa que rehúye de las condenas y que prefiere el acompañamiento fraterno al anatema.

A partir del 11 de marzo los obispos debatirán quién se encarga de dirigir el episcopado. No será un mero recambio. Está más en juego. Rouco no es, ni por temperamento ni prioridades, un clérigo en sintonía con el papa Francisco. El cardenal es un canonista, un estudioso, un hombre que habría encauzado su vida hacia el trabajo académico en la Iglesia si no se hubiera cruzado en su camino el gobierno eclesial. Pero Bergoglio demanda pastores para los nuevos tiempos.