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El último adiós al genio

Cientos de algecireños pasaron por la capilla ardiente, instalada en el Ayuntamiento, para darle su despedida Los restos de Paco de Lucía ya descansan en el cementerio antiguo de Algeciras

LA VOZ
ALGECIRAS.Actualizado:

Los restos mortales del guitarrista Paco de Lucía ya descansan en el antiguo cementerio de Algeciras. El cortejo fúnebre llegó por la tarde a las puertas del camposanto y una multitud de personas esperaban a las puertas del mismo para despedir al genio de la Bajadilla.

Las palmas por bulerías sonaron, una vez más, pero todo el mundo respetó la decisión de enterrar al artista en la intimidad. Sólo los familiares y los amigos más íntimos accedieron al interior del cementerio para dar, ahora sí, el último adiós al algecireño más universal.

El alcalde, José Ignacio Landaluce (PP), agradeció públicamente «el gran cariño, la admiración y el respeto que han mostrado desde la madrugada del viernes por nuestro paisano Paco de Lucía, en el que ha sido el último adiós tributado al más grande guitarrista de todos los tiempos». El primer edil señaló que «siempre me he sentido orgulloso de Algeciras y de su gente, pero ese sentimiento es ahora más fuerte que nunca tras comprobar cómo los algecireños han arropado a la familia de Paco, haciéndole sentir su calor, tanto en los días previos al duelo, como durante el tiempo que ha permanecido abierta al público la capilla ardiente, y en la celebración del funeral en la parroquia de Nuestra Señora de la Palma».

«Algeciras ha mostrado al mundo entero su verdadera imagen, la de una ciudad grande, a la que hace grande su gente. El genio ha sido despedido como se merecía, con los mayores honores que su tierra podía tributarle, y por ello, sólo puede decir a nuestros conciudadanos una palabra: gracias», recalca la primera autoridad municipal con emoción.

Adiós en la capilla ardiente

Antes del sepelio, miles de vecinos visitaron durante la madrugada del viernes al sábado, la capilla ardiente instalada en el Ayuntamiento. Los restos del genial guitarrista llegaron a la ciudad gaditana sobre la 0.45 horas del sábado y se instalaron en un primer momento en la Sala de Plenos de la Casa Consistorial. Los primeros en dar su último adiós al artista fueron Fosforito, Tomatito y Dolores Montoya, viuda de Camarón de La Isla, con quien hiciera un acompañamiento de lujo De Lucía tantas veces. «¡Paco , Paco!», «Maestro dejas tu pueblo, maestro dejas tu tierra», gritaba la multitud agolpada en las calles de Algeciras, que después desfiló en silencio durante toda la noche y la mañana ante el féretro cerrado, instalado bajo un gran crucifijo dorado.

También asistió a la capilla ardiente de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que destacó que el algecireño «siempre llevó el nombre de Andalucía por todos los rincones del mundo», que revolucionó «nuestro arte, el flamenco», y cuyo arte «quedará siempre entre nosotros». Díaz trasladó a la familia y allegados el pésame en nombre del Gobierno andaluz y sus condolencias.

Además, agradeció al alcalde, al Ayuntamiento y a los vecinos del municipio «que se hayan volcado con la familia» del fallecido y «que la jornada se esté desarrollando con tranquilidad», por ayer.

El Ayuntamiento de Algeciras ha tenido que habilitar el tercer libro de firmas en el que los vecinos vuelcan sus condolencias por la muerte de Paco de Lucía, puesto que los dos anteriores ya se han agotado.

A las 12.30 horas se trasladó el féretro desde el salón de plenos hasta la Iglesia de Nuestra Señora de la Palma, ubicada a escasos metros de la Casa Consistorial. Bajo los «¡olés!» y las palmas flamencas, los resto de Paco de Lucía habían entrado en la iglesia a la una de la tarde, portados a hombros por sus más allegados. Pocos minutos después comenzó la misa de cuerpo presente. La iglesia se quedó pequeña para acoger a los cientos de amigos y seguidores del artista que quisieron darle un último adiós y rendirle un homenaje póstumo. Y es que si la iglesia estaba llena, los aledaños no lo estaban menos. Cientos de personas seguían el oficio bajo la lluvia desde una plaza plantada de naranjos y palmeras.

«Nuestro querido hermano Paco de Lucía nos ha dejado», afirmó uno de los 15 sacerdotes presentes en las exequias. «Nos sentimos abrumados y no podemos encontrar palabras para expresar su pérdida», dijo desde un púlpito ornado con un paño morado y dos grandes cirios blancos.

Tras la misa, el féretro fue trasladado en un coche cubierto de flores hasta el cementerio antiguo de la ciudad, cuya verja debía cerrarse tras el cortejo de pariente y amigos, para permitir el entierro en la intimidad deseado por la familia y que el pueblo de Algeciras respetó.