La fiesta ya es de todos
El esperado pregón del grupo del Lobe, una de las elecciones con más respaldo popular, declara abierta la mayor celebración tradicional de la Bahía de Cádiz
Actualizado:Eran muchos los que lo estaban esperando y fueron tantos los que lo festejaron. Una de las chirigotas más queridas por el público, de las que acumula más cariño y premios, declaró formalmente abierto el presente Carnaval de Cádiz, la mayor celebración tradicional de la Bahía, capaz de duplicar la población de la ciudad durante varias horas y con una repercusión regional y nacional, incluso internacional, realmente notoria. El hecho de que hayan sido los chirigoteros que fueron momias fue motivo de satisfacción añadido. Aportaron un toque de melancolía y respeto por las coplas antiguas que muchos añoran cuando el pregón lo ofrece alguna estrella menos vinculada a la ciudad, como sucedió en el año precedente con Jorge Drexler. Sin embargo, aunque la vinculación sentimental, aunque la memoria de sensaciones y sones se dispare, también es cierto que se echó de menos algo más de creatividad y finura en el espectáculo.
En cualquier caso, el debate sobre si el pregón fue mejor o peor, el mejor o el peor, es una más de las tradiciones del Carnaval del Cádiz que ha estallado por todas las calles para alcanzar su verdadera identidad. Es la de las coplas anónimas, ciudadanas, las miles de composiciones satíricas, con un asombroso talento en muchas ocasiones, que sirven como pocos mensajes para entender qué piensa, qué siente la mayoría de los vecinos, aquí y ahora. Todo disfrazado de diversión y alegría, todo bajo un tipo de informalidad que, con ser cierta, nunca descalifica la posibilidad de encontrar claves valiosas.
Lo mejor que cabe desear a Cádiz, a los gaditanos y a los visitantes es que puedan renovar ese rito centenario con normalidad, sin ningún sobresalto, sin más excepción que la de ver cómo la calle se divide entre miles de actores y miles de espectadores.