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Estados Unidos gana dinero con el rescate masivo de 2008
La Administración dice haber recuperado el 103% de las ayudas millonarias que concedió a bancos, aseguradoras y grupos automovilísticos
WASHINGTON. Actualizado: GuardarLa agencia hipotecaria Fannie Mae es el último ejemplo de lo que inicialmente parecía del todo imposible pero que se ha acabado cumpliendo: el Gobierno de Estados Unidos ha recuperado casi la práctica totalidad de las ayudas públicas que otorgó tras el estallido de la crisis económica en 2008 y, en algunos casos, ha ganado incluso dinero. El polémico rescate masivo que impulsó la Administración de George Bush en septiembre y octubre de ese año -que fue duramente criticado por muchos sectores políticos y económicos que vaticinaban que supondría un enorme despilfarro de dinero de los contribuyentes- ha acabado resultando un éxito en mayúsculas, que seguramente será estudiado como modelo ante futuras crisis.
La semana pasada Fannie Mae -que fue rescatada junto a su rival Freddie Mac poco antes del derrumbe del banco de inversión Lehman Brothers, que desencadenó un terremoto mundial- anunció que ambas agencias devolverán al departamento del Tesoro unos 192.500 millones de dólares (alrededor de 140.000 millones de euros), por encima de los 187.500 millones de dólares (137.000 millones de euros) que recibieron de auxilio. Es decir, el contribuyente norteamericano ha ganado dinero con la operación. Ambas agencias paraestatales están obligadas a dar al Estado todas sus ganancias, lo que explica que el retorno sea superior a la inyección recibida.
La Administración Bush decidió rescatar y nacionalizar a ambas entidades cuando ya eran más que evidentes los primeros síntomas del estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis de las hipotecas sub-prime. Tanto Fannie Mae como Freddie Mac participaron en la especulación inmobiliaria al otorgar hipotecas a colectivos de riesgo que no tenían medios de devolver los préstamos a tiempo. Hipotecas como estas fueron las que luego muchos bancos empaquetaron como producto de inversión.
Mayor beneficio en 80 años
Ahora, sin embargo, las cosas les van mucho mejor. Fannie Mae obtuvo en 2013 el mayor beneficio en sus casi ocho décadas de existencia, con unas ganancias de 4.700 millones de euros, gracias a la recuperación del mercado inmobiliario. Esta elevada rentabilidad ha enfurecido a sus competidores privados, que hace meses que reclaman al Gobierno estadounidense que se salga de las agencias y las privatice. Pero de momento no hay ningún plan de hacerlo a corto plazo y se prevé que lleve tiempo, pues se debería de impulsar un cambio legislativo que reciba el visto bueno del Congreso. El pasado jueves la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, se sumó a esas voces y abogó por avanzar en la entrada del capital privado.
Pero este es un caso excepcional. El resto de entidades que fueron nacionalizadas por la Administración de EE UU tras la crisis del 2008 ya han vuelto a manos privadas. Es el caso, por ejemplo, de la aseguradora AIG o la automovilística General Motors, que fueron auxiliadas porque se consideraron demasiado grandes para caer. A principios de diciembre el Departamento del Tesoro vendió su último paquete de acciones (2,2%) del fabricante de coches, una operación en la que registró pérdidas. De los 49.500 millones de dólares (35.800 millones de euros) que inyectó en General Motors, el Gobierno perdió unos 10.500 millones de dólares (7.600 millones de euros). Un hecho que minimizó el secretario del Tesoro, Jack Lew. «Si no hubiéramos actuado, el coste habría sido sustancial, en términos de empleos perdidos, pérdida de ingresos fiscales y menor producción económica», sostuvo.
En cambio, la Administración ganó dinero con el rescate a AIG. En diciembre de 2012 se vendió su último paquete en la aseguradora. No solo recuperó la totalidad de los 182.000 millones de dólares (130.000 millones de euros) inyectados, sino que se llevó un beneficio extra de 22.700 millones de dólares (16.400 millones de euros).
Excepto las ayudas a Fannie Mae y Freddie Mac, el resto de rescates al sector financiero, automovilístico y asegurador los pagó un fondo especialmente constituido para ese fin por la Administración Bush, llamado TARP. Más de cinco años después de su constitución, de los 422.000 millones de dólares (305.000 millones de euros) prestados por el TARP, el Estado ha recuperado el 98,9%. Si a esta cifra se le suman unas pequeñas ayudas a AIG que no salieron de este fondo, el Tesoro esgrime que el resultado de la operación es positivo, con una recuperación del 103%, hasta los 435.000 millones de dólares (unos 315.000 millones de euros).