El genio regresa a casa
Miles de personas se despiden en Madrid y Algeciras del maestro Paco de Lucía
CÁDIZ. Actualizado: GuardarMás de 5.000 personas despidieron ayer en Madrid al maestro algecireño Paco de Lucía, fallecido este miércoles en México tras sufrir un infarto mientras jugaba con sus hijos al fútbol en una playa cercana a su casa en Xpu-Ha, en el caribe mexicano, cerca de Tulum. Y al cierre de esta edición, era su pueblo, su gente, la de Algeciras, la que velaba y rendía honores al genio de la música. A la una de este mediodía su cuerpo será enterrado en el cementerio municipal, donde yacen sus padres. Se pondrá fin a tres días de despedidas que ha tenido a la capital española y Algeciras como puntos de referencia, aunque el pesar por el adiós del guitarrista flamenco se ha dejado sentir en todo el planeta.
El féretro de Paco de Lucía llegó ayer a las 13:25 horas al Auditorio Nacional de Música de Madrid, donde se instaló cubierto con las banderas española y andaluza y flanqueado por decenas de coronas, dos enormes centros y una fotografía suya en blanco y negro.
Tras depositar los operarios de la funeraria el féretro en el escenario, la familia, entre ellos su viuda, Gabriela Canseco, sus hijos mayores, Lucía, Casilda y Curro, su sobrina Malú y sus hermanos Antonio y Pepe, estuvieron unos minutos a solas con él, entre manifestaciones de duelo, que concluyó con un cerrado aplauso.
Más de trescientas personas hacían cola desde las ocho y media ante las puertas del Auditorio a la espera de poder rendir homenaje al compositor. Entre los personajes famosos que hacían cola para acceder al recinto estaban Ana Belén, Víctor Manuel, Massiel, Josemi Carmona, Pepe Habichuela, Miguel Ángel Arenas 'Capi', Gabriel de la Tomasa y Caco Senante. El Príncipe Felipe permaneció en la capilla 15 minutos y fue recibido por la alcaldesa, Ana Botella, y la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes. El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, también acudió a homenajear «a una personalidad irrepetible».
Las muestras de condolencias continuaron a lo largo de la tarde. Entre ellas, las de rostros populares como Carmen Linares, Joaquín Cortés, Juan y Antonio Carmona, Rosario o David de María.
En declaraciones a los medios, Cortés lamentó que se haya ido «el más grande», a quién considera «una leyenda» , mientras que David de María aseguró que «era la personificación del genio». «La humildad que nos demostró a los jóvenes no la hemos visto en otros genios», apostilló.
En la misma línea, la cantante Rosario afirmó que «se ha ido el genio de la guitarra», una persona, a su juicio, «irrepetible» ya que «nunca más habrá un paco de lucía « quien, como ha recordado, «junto con Camarón revolucionaron el flamenco, lo hicieron universal y lo llevaron a la gente que no era flamenca».
A lo largo de las más de tres horas que la capilla ardiente estuvo abierta en Madrid, se produjo un goteo incesante de personas que quisieron dar su último adiós al algecireño.
Tampoco pararon de llegar flores y coronas, una de ellas de los Príncipes y otra de los hijos del guitarrista, en la que podía leerse «Buen viaje, papá». Al lado del féretro se encontraban, en todo momento, Pepe de Lucía, uno de los hermanos del guitarrista así como su primera mujer, Casilda Varela, acompañada de sus tres hijos, y su esposa actual, Gabriela, también acompañada de sus hijos, Antonio y Diego.
Sus compañeros quisieron dejar por escrito su admiración en dos banderolas, que precedían la entrada a la Sala Sinfónica, y su «resignación y rabia» y su convencimiento de que era el guitarrista «más importante y querido de los siglos XX y XXI».
Un hombre, dijeron en su homenaje, «bueno, tímido y divertido; genio indiscutible, sabio, pionero» y depositario de la esencia del artes español mas genuino y admirado en el mundo, «embajador del arte flamenco».
Cuando quedaban poco más de diez minutos para que se cerrase al público el homenaje, han empezado a sonar en la sala, hasta entonces sin otro sonido que el del llanto, los comentarios «sotto voce» y los disparos de las cámaras, los compases del último movimiento del 'Concierto de Aranjuez', rematado con más de diez minutos de aplausos.
Y mientras los adultos penaban por su ausencia, el pequeño de sus vástagos, Diego, de 7 años, con el que jugaba el pasado martes al fútbol en la mexicana Playa del Carmen cuando notó los síntomas del infarto que acabó con él, se afanaba en recoger las flores que muchos de los 5.000 admiradores que han pasado por el Auditorio entre las dos y las cinco y media, dejaban al borde del escenario.
«Bravo», «adiós, genio» y «hasta siempre» entreveraron los aplausos, que terminaron a compás, como se estila entre los flamencos, el mismo soniquete que se escuchó cuando su féretro salió del Auditorio para viajar en el coche fúnebre, escoltado por la Policía Municipal de Madrid hasta el final del término, que le condujo hacia Algeciras.
A esta ciudad, que vio nacer al artista hace 66 años, llegaron los restos del artista sobre las 00.45 horas. Cientos de algecireños llevaban aguardando durante horas la llegada del féretro y lo recibieron con vítores y aplausos. Incluso mucho de ellos, al paso del vehículo, arrojaron claveles rojos. El féretro fue depositado en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, donde su capilla ardiente quedará abierta hasta las 12.30 horas de hoy. Por allí pasaron, nada más ser abierta, Farruquito, Tomatito y Dolores Montoya, viuda de Camarón de la Isla.