«Soy el presidente legítimo»
Víctor Yanukóvich califica el poder instalado en Kiev de «profascista» y asegura que dejó el país «por la amenaza» sobre su vida y la de su familia
SEBASTOPOL. Actualizado: GuardarEn su primera aparición pública después de huir de Kiev el día 21, el depuesto presidente de Ucrania, Víctor Yanukóvich, ofreció ayer en la ciudad rusa de Rostov del Don una rueda de prensa que inició declarando que nadie le ha derrocado y que se sigue considerando el presidente legítimo del país. Intervino con cuatro banderas ucranianas a su espalda.
«Ha llegado el momento de decir públicamente que tengo la intención de seguir luchando por el futuro de Ucrania y contra quienes mediante el miedo y el terror intentan frustrarlo», manifestó Yanukóvich ante varios cientos de periodistas en una sala de congresos de Rostov del Don. Según sus palabras, «tuve que irme de Kiev por la amenaza que pendía sobre mi vida y la de mis familiares (.) pero no estoy derrocado». «El poder en Kiev ha sido usurpado por nacionalistas y profascistas que son absoluta minoría en Ucrania», insistió una y otra vez.
Según su opinión, la salida a la actual situación pasa irremisiblemente por el «cumplimiento» del acuerdo firmado por él y la oposición el día 21 con la mediación de Alemania, Francia y Polonia. Aquel documento obligaba a las partes a restablecer la Constitución de 2004, que limita las prerrogativas del presidente; a acometer después una reforma de la Carta Magna, que culminaría en septiembre de este año; a la formación de un Gobierno de «unidad nacional», y a celebrar elecciones presidenciales en diciembre.
Además de la aplicación del fallido acuerdo, Yanukóvich cree que «se debe llevar a cabo una investigación sobre los actos de violencia habidos» durante las protestas. Los manifestantes, por su parte, deben «levantar el Maidán, entregar las armas y desalojar los edificios oficiales ocupados». El exjefe del Estado denunció también que, desde su punto de vista, «no se ha formado un Gobierno de unidad nacional (.) en interés de todas las regiones del país».
De acuerdo con su visión de los hechos, la Rada Suprema (Parlamento) «no es legítima» y la crisis que padece el país «es resultado de la política irresponsable de Occidente (.) animando la protesta en el Maidán». «El poder en Kiev no es cosa del Parlamento sino del Maidán», se lamentó. Dijo repetidamente que la capital «está llena de gente armada que asalta viviendas, instituciones e iglesias». Con lágrimas en los ojos, pidió perdón al pueblo ucraniano por haber dejado que las cosas llegaran a tal punto.
En relación con la tensión reinante en Crimea, Yanukóvich afirmó que lo que allí sucede «es una reacción absolutamente natural al golpe criminal habido en Kiev (.) la gente de la península no quiere supeditarse a los radicales ultras y no lo hará». Al mismo tiempo, pidió a los crimeanos «no provocar un derramamiento de sangre», «Crimea debe seguir siendo parte de Ucrania, pero con una amplia autonomía». Se mostró también contrario al uso de la fuerza por parte de Rusia. «No pediré ayuda militar a Moscú», subrayó.
Sin embargo, sí dejó claro que Rusia debe hablar, «debe y tiene que actuar. Conociendo el carácter de Vladímir Putin no entiendo por qué sigue guardando silencio» (el presidente ruso aún no había realizado las declaraciones difundidas por el Kremlin en la tarde de ayer). «Rusia no puede quedarse al margen del destino de Ucrania», aseveró. Aunque Yanukóvich se encuentra en territorio ruso desde hace varios días, aseguró que aún no se había reunido con Putin aunque sí había hablado con él por teléfono.
A la pregunta de si tomará parte en las elecciones presidenciales convocadas por el nuevo poder en Kiev para el 25 de mayo, respondió que «no, porque los considera unos comicios ilegales» y adelantó que no volverá a Ucrania mientras su seguridad y la de sus familiares no esté garantizada.
«Nunca ordené disparar»
Por otra parte, en relación con la acusación que sobre él pesa de «asesinatos masivos» -el Gobierno ucraniano anunció que pedirá a Moscú su extradición- Yanukóvich dijo que «nunca» ordenó a la Policía disparar contra la gente. Aseguró que los agentes tuvieron que hacer uso de sus armas de forma reglamentaria para defenderse cuando fueron atacados a tiros por los «extremistas» del Maidán. Del mismo modo rechazó haber desfalcado las arcas del Estado y haber enviado dinero al extranjero.
Durante su comparecencia reveló también detalles de su periplo tras abandonar Kiev el pasado día 21 por la noche. Dijo que voló a Járkov porque en Kiev ametrallaron su vehículo. De ahí, al saber que le buscaban, se dirigió en helicóptero a Lugansk, en el este, pero tuvo que dar la vuelta cuando los controladores aéreos creyeron que pretendía escapar a Rusia y le amenazaron con enviar aviones de combate. En coche se trasladó a Crimea y luego viajó en avión, escoltado por cazas rusos, hasta Rostov del Don porque, admitió, «aquí cerca tengo un viejo amigo».