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ESPAÑA

Melilla soporta la mayor avalancha de inmigrantes desde hace nueve años

Más de 200 subsaharianos saltan la valla fronteriza de madrugada por tercera vez en diez días

J. BLASCO DE AVELLANEDA
MELILLA.Actualizado:

La Delegación del Gobierno en Melilla estima que la de ayer es la mayor entrada irregular de inmigrantes desde la llamada 'crisis de la valla' que tuvo lugar en otoño de 2005. Además, es el tercer salto en masa en diez días y el quinto en los dos primeros meses del año.

Habría que remontarse al 3 de octubre de 2005 para encontrar una entrada de subsaharianos superior a esta. Entonces, unos 700 inmigrantes intentaron también de madrugada acceder a esta ciudad norteafricana por una zona del vallado muy cercana a la de ayer, entre Beni Enzar y Barrio Chino, y más de 320 consiguieron su propósito. Ese salto, en el que decenas de inmigrantes resultaron heridos por las cuchillas abrió el debate sobre la necesidad o no de instalar concertinas en el vallado, unas concertinas que se quitaron, pero que el año pasado volvieron a colocarse en gran parte del vallado fronterizo.

Un total de 214 subsaharianos, según las precisas estimaciones de la Guardia Civil, lograron acceder a Melilla en esta ocasión, tras protagonizar un salto en masa sobre las 6.00 horas por la zona próxima al arroyo de Beni Enzar, junto al principal paso fronterizo entre Melilla y Nador. No todos los consiguieron ya que el grupo inicial era de más de 300 personas que intentaron acceder en avalancha a suelo español. Durante el salto, otro centenar de inmigrantes trató de entrar en la ciudad autónoma a la carrera por el paso fronterizo internacional de Beni Enzar, lo que motivó un amplio despliegue del Cuerpo Nacional de Policía, que colocó en la aduana varias Unidades de Prevención y Respuesta, Intervención Policial y de Frontera. El paso permaneció cerrado al tráfico de personas y vehículos desde las 6.10 horas hasta las 6.40 aproximadamente para evitar que entraran en la ciudad. Aun así, uno de los inmigrantes de este segundo grupo logró encaramarse en la marquesina superior del paso fronterizo y tuvo que ser rescatado por los bomberos, mientras que el resto se desplazó hacia la valla e intentó el salto por la zona próxima a la misma frontera, a unos 30 metros. Sólo once consiguieron su objetivo.

El salto en la madrugada del viernes se produjo tras una intensa noche de vigilancia fronteriza en la que el dispositivo antiintrusión fue detectando grandes grupos de subsaharianos que se aproximaban al vallado por diferentes zonas. El Grupo de Reserva y Seguridad de la Guardia Civil, junto con un helicóptero dedicado al refuerzo de la vigilancia en la frontera, formaron parte del dispositivo que se vio desbordado ante la avalancha de inmigrantes.

Tras el salto y hasta pasadas las 9.00 horas, la Guardia Civil mantuvo el perímetro de seguridad en gran parte del vallado, ya que desde Marruecos sus fuerzas de seguridad informaron de que cerca del paso de Barrio Chino había una gran bolsa de subsaharianos que podría tener la intención de acceder a Melilla.

Los inmigrantes, una vez en suelo español, se dirigieron hacia el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) donde medio centenar fue atendido con diversas heridas, cortes y luxaciones. Allí se les dio de desayunar y se les proporcionó ropa nueva. Un inmigrante fue detenido por la Guardia Civil después de golpear durante el salto a un agente en la cabeza. El subsahariano permanece en dependencias policiales para la instrucción del correspondiente atestado policial y será puesto a disposición judicial por un delito de atentado grave a un agente de la autoridad.

El CETI, desbordado

El centro de acogida de inmigrantes de esta ciudad norteafricana triplica su capacidad óptima de acogida tras la llegada de los 214 subsaharianos. El director del centro, Carlos Montero, cree que en las próximas horas incluso podría aumentar la cifra de internos ya que hay una cantidad indeterminada de inmigrantes que todavía pueden estar escondidos por la ciudad.

A pesar de la salida el jueves de medio centenar de inmigrantes hacia centros para extranjeros en la Península, el CETI melillense aloja ahora a más de 1.300 personas, cuando su capacidad óptima está en las 480 plazas. Ante la difícil situación, fueron reforzados los servicios sanitarios, de cocina y de seguridad. Además, el Ejército y Cruz Roja instalaron a lo largo del día tiendas de campaña y literas para poder atender a la gran demanda de internos.