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Rajoy y el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, ayer en la Conferencia del Instituto Berggruen. :: GERARD JULIEN / AFP
ESPAÑA

El Gobierno reprocha a Bruselas falta de solidaridad

Rajoy reclama más medios tras la dura crítica de la comisaria de Interior a la actuación de España en el Tarajal

P. L. H.
MADRID.Actualizado:

El Gobierno no ocultó ayer un cierto malestar hacia el tratamiento dado por Bruselas a los asaltos de las últimas semanas a las fronteras de Ceuta y Melilla. El propio jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, demandó a la Unión Europea «más medios» para combatir la inmigración ilegal y, de modo global, una política «más solidaria» con aquellos países que, como España, conforman su frontera exterior.

La petición se produjo apenas dos días después de que la comisaria de Interior de la UE, Cecilia Malmström, dejara claro que está dispuesta a llegar hasta el final para aclarar las responsabilidades en la muerte de quince inmigrantes ilegales ahogados cuando intentaban alcanzar a nado la playa ceutí del Tarajal y apuntara a la responsabilidad de la Guardia Civil por crear «tal pánico» al disparar pelotas de goma sobre los subsaharianos que varias de las personas que estaban en el mar «se ahogaron».

En un tono muy duro, Malmström se declaró «indignada» y llegó a calificar lo ocurrido de «inaceptable» sin esperar siquiera a conocer la versión que el próximo lunes pretende brindarle el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Un encuentro en el que, según la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el responsable de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado pretende «aportar información y tomar decisiones».

La número dos del Ejecutivo español también respondió con semblante severo desde la mesa en la que cada viernes informa sobre lo aprobado en el Consejo de Ministros. Dejó clara su incomodidad con este asunto. «Pedimos a todos los agentes -dijo- mucha prudencia. Las mafias de seres humanos están muy pendientes de cómo evolucionan los procesos políticos dentro y fuera de España para tomar determinadas decisiones; y estamos hablando de algo tan serio como la explotación de seres humanos».

Devoluciones rápidas

Sáenz de Santamaría insistió en que es «muy importante el elemento de recepción del mensaje», pero además incidió en el mismo argumento empleado por Rajoy durante su participación en la Conferencia sobre el futuro de Europa, organizada esta semana en Madrid por el Instituto Berggruen. «Es fundamental la implicación de la UE -subrayó-. España, como frontera sur, es la encargada de gestionar unas fronteras y lo hace con carácter solidario para el conjunto de la UE, por tanto, esa solidaridad es la que también demandamos del conjunto de la Unión, que sean muy conscientes de la dificultad que supone la regulación de esas fronteras».

Bruselas no solo se ha interesado por las circunstancias en las que fallecieron los inmigrantes en el Tarajal. También ha solicitado información acerca de la manera en que fueron expulsadas a Marruecos las 23 personas que lograron alcanzar la playa española. Malmström recordó, de hecho, que la legislación europea prohíbe las denominadas 'devoluciones en caliente', ya que todos los inmigrantes deben ser llevados a comisaría para su identificación antes de iniciar su proceso de expulsión.

Ante una pregunta sobre este asunto, Sáenz de Santamaría aseveró en todo caso que, en el encuentro entre la comisaria de Interior y Fernández Díaz, España no tratará de buscar amparo a las devoluciones sobre la marcha de inmigrantes porque no es el foro adecuado para hacerlo. «Una cosa son las reuniones bilaterales y otra cómo se deciden los asuntos que corresponden a la competencia de los estados», adujo.

«La reunión -añadió- quiere abordar la mayor colaboración entre España y otros países de la Unión Europea para tomar decisiones responsables y solidarias entre todos para ver cómo gestionamos el fenómeno de la inmigración irregular y, sobre todo, de las organizaciones de trata de seres humanos, que son los responsables de que estemos viviendo lo que estamos viviendo en nuestras fronteras». Un modo de dejar bien claro que el Ejecutivo no se siente suficientemente respaldado.