El profeta universal del flamenco
Los adjetivos suenan manidos pero el término 'irrepetible' parece inventado para el mayor creador, ejecutor, divulgador y renovador que conoció la guitarra andaluza
Actualizado: GuardarEso de «irrepetible», «genio» e «inmortal» se ha escrito tanto en tantos obituarios que cuesta apreciar el significado y la trascendencia de los adjetivos, sopesar su verdadero valor. Pero, al menos, estos tres parecen inventados para definir a Paco de Lucía. Para entender su talla, basta con remitirse a los hechos sin caer en filias ni consideraciones personales. Ha sido, con los datos en la mano, el mayor creador, el mayor renovador, el mayor ejecutor, el mayor promotor y divulgador que haya tenido la primera de las músicas andaluzas -es decir, el flamenco- a través de la guitarra. Nadie había conseguido derribar tantas barreras con su talento. El algecireño lo consiguió. Logró que el flamenco saltara las lindes sociales y saliera de los guetos gitanos o de tablaos para señoritos. Logró que rompiera los muros generacionales y conquistó por igual a los de 20 que a los de 60 años. También los geográficos, con todos los prejuicios que suponen, e incluso las fronteras estilísticos. Nadie hizo mejor de padrino de bodas del flamenco con el jazz, la bossa, la música clásica, el rock, nadie abrió más puertas de más escenarios llamados templos, de universidades remotas, ni sedujo a más estrellas para que se arrimaran asombradas. Nadie se cameló a más sinfónicas a base de pura música. Sólo Camarón , al que también cabe entender como obra parcialmente suya, tiene tal influencia en el flamenco del último medio siglo. Para evolucionarlo como forma de eternizarlo, para hacerlo íntimo como garantía de universalidad.
Ahora les queda a los vivos manejar un legado que nadie esperaba tan pronto. En el caso del mencionado genio isleño, ese trabajo se ha convertido en una retahíla de promesas fallidas en manos de dirigentes políticos y vanidosos. Cuando el dolor se asiente, sólo cabe esperar que no se repitan los mismos errores con Paco de Lucía.