Volar a ras del asfalto

El superdeportivo Venom GT está a punto de convertirse en el coche más rápido del mundo, tras alcanzar los 432,5 kilómetros por hora. Solo le queda un paso. Para poder destronar al todopoderoso Bugatti Veyron Supersport, cuya plusmarca es de 428 kilómetros por hora, necesita homogar la marca según las normas del Libro Guiness de los Récords. Esta nueva proeza en el mundo del motor fue conseguida el pasado 14 de febrero en la pista del Kennedy Space Center de la NASA, en Florida, un asfalto prepado para recibir el impacto del tren de aterrizaje de los antiguos transbordadores espaciales que tocaban tierra a casi 500 kilómetros por hora. El Venom GT no es más ni menos que un Lotus Exige remodelado. A la estructura del deportivo británco los ingenieros de la firma Hennessey le han instalado un motor en V de ocho cilindros y 6,2 litros que rinden un máximo de 1.244 caballos de potencia.

El problema de la homologación de velocidad récord radica en que ha de hacerse en un circuito oval, en el que se realiza la media al efectuar una pasada en cada sentido. La NASA solo dejó la pista para realizar un trayecto, por lo que los técnicos de Hennessey están convencidos de que su piloto de pruebas, Brian Smith, habría 'volado' más rápido si se hubiera utilizado la pista oval del Xbox Racelogic, trazado mundialmente reconocido para legalizar los récords de vehículos a motor, en el que la salida de los peraltes de la curva imprimen un pequeño empuje más al vehículo.

En todo caso, el Venom GT sí es el coche más rápido del mundo en aceleración al pasar de 0 a 300 kilómetros por hora en tan solo 13,63 segundos. Y es que, además, cualquiera -que pueda pagarlo- puede tenerlo en el garaje de su casa para darse una vuelta por el centro de su ciudad, ir a la playa, de paseo o al súpermercado -aunque tiene poco espacio para la compra semanal-. Hennessy tiene prevista una serie de solo 29 exclusivos Venom GT, de los que ya ha vendido once.

Hasta que se homologue ese récord, el Bugatti Veyron Supersport es el coche de serie que alcanza la mayor velocidad. Está dotado de un motor complejo de 16.4 litros -el doble que el Venom- que rinden un máximo de 1.200 caballos de potencia. La planta motriz está refrigerada por diez ventiladores.

Un dato curioso es que para realizar este tipo de pruebas, por la seguridad del piloto y del vehículo, se utiliza un juego de ruedas nuevo en cada intento, a ser posible sin recorrer más de 25 kilómetros dado el extraordinario desgaste.

Mientras un avión bimotor despega a unos 400 kilómetros por hora, todavía hay constructores que tratan de seguir pegados al asfalto mientras el velocímetro de su coche pasa de esa velocidad. Eso sí, en circuitos cerrados al tráfico.