Lara pide la dimisión al presidente porque España no se merece «un Gobierno en B»
Considera «intolerable» su intento de «salvar» a la infanta y pide que aclare a los cargos populares que «Suiza no es una comunidad autónoma»
MADRID.Actualizado:Cayo Lara reclamó ayer a Mariano Rajoy que dimita de inmediato y convoque elecciones generales porque cree que España no se merece «un Gobierno en B», un Ejecutivo, abundó, que cada viernes «castiga» a los trabajadores desde el Consejo de Ministros en beneficio «de las élites económicas», que incumple su programa y que considera que ganó los comicios «dopado» con fondos procedentes de la financiación ilegal de Luis Bárcenas y la trama 'Gürtel'.
El coordinador de IU acusó a Rajoy de haber hecho un discurso «vergonzosamente triunfalista», la narración de un presidente que desconoce la realidad de un país con seis millones de parados -tres de ellos sin prestación-, con ciudadanos que «tienen que optar entre comer o poner la calefacción», con un incremento de los desahucios y en el que se revive el «exilio laboral» de los años sesenta. «Fue el relato de Alicia en el país de las Maravillas neoliberales», ironizó.
La Izquierda Pural acusó al Ejecutivo de haberse convertido en estos dos años en «un tsunami de desigualdad», con 20 ciudadanos que han acumulado tanto patrimonio como los nueve millones más pobres, con las mayores distancias sociales de Europa, con un tercio de los niños en familias por debajo del umbral de la pobreza y con unas empresas cuyo beneficio subió un 7% desde el inicio de la crisis y unos asalariados que han perdido el 9% de su renta.
El «vergel» de la corrupción
Lara reclamó de nuevo al PP que permita una comisión de investigación parlamentaria sobre las entidades financieras españolas, con cuyo rescate, pagado por los ciudadanos a través de la deuda pública, piensa que se ha hecho «el mayor expolio perpetrado en democracia».
El portavoz de IU, que piensa que los banqueros tienen que hacerle «un monumento» a Rajoy, le exigió la puesta en marcha de planes urgentes por el empleo, contra la pobreza y contra el fraude fiscal, que establezca una renta mínima, que haga una reforma fiscal con los grandes patrimonios y empresas en el punto de mira, que deje de pagar los intereses de la deuda pública abusivos y que dote de medios reales a la Justicia para luchar contra la corrupción.
Esta lacra ocupó otro de los capítulos de su intervención. Le dijo a Rajoy que no insista con sus paquetes de regeneración democrática porque «no tiene credibilidad» porque «su partido es un vergel (de corrupción) en el que aparece un caso tras otro». El líder de la Izquierda Plural acusó al presidente de «mentir» al Congreso sobre sus vínculos con Bárcenas y de «destruir pruebas, borrar grabaciones y obstruir a la Justicia» en las investigaciones sobre la financiación ilegal del PP.
También se tiró a la yugular del presidente en otros dos casos. En referencia a Bárcenas, Francisco Granados y otros dirigentes populares con cuentas bancarias en paraísos fiscales, le pidió a Rajoy, sarcástico, que le aclarase «a sus compañeros» que «Suiza no es una comunidad autónoma» española, porque «se les llena la boca de patria y luego esconden su dinero en el extranjero». No dejó pasar el 'caso Nóos' y le reprochó al jefe del Ejecutivo que «su actitud para salvar a la infanta (Cristina) es intolerable».
Las críticas políticas de Lara se extendieron a la tragedia ocurrida en la frontera de Ceuta, que describió como «una violación de los derechos humanos» y por la que pidió sin éxito la dimisión del ministro del Interior, y al anteproyecto gubernamental de reforma del aborto, del que reclamó, también sin éxito alguno, la retirada, porque piensa que destila «fundamentalismo católico» y retrotrae a España «a los tiempos más oscuros del franquismo».
De hecho, su intervención desencadenó la primera defensa pública de Rajoy a Jorge Fernández Díaz, a quien confirmó en el cargo por parecerle «un ministro del Interior excelente».