La UE dificulta el alcance de la rebaja fiscal de Rajoy si no quiere disparar el déficit
Bruselas duplica al 1% la previsión de crecimiento para 2014 pero recuerda que será necesario un tajo de 16.000 millones en 2015, año electoral
BRUSELAS. Actualizado: GuardarBruselas también cree en la recuperación económica de España. A su modo, con ciertas dudas y muchas advertencias, pero lo hace. Así lo dicen las previsiones macroeconómicas de invierno de la Comisión Europea presentadas ayer y que duplican hasta el 1% del PIB la estimación de crecimiento para 2014 que se había pronosticado en noviembre. Un crecimiento que situará a España al nivel de Francia, y que superará en casi medio punto a Italia. El país carbura en lo macro, pero la lacra del paro -25,7% en 2014- y sobre todo el cumplimiento del sacrosanto déficit siembran de dudas la incipiente y «frágil» recuperación.
Sólo en 2015, año electoral, el Gobierno de Mariano Rajoy deberá ajustar otros 16.000 millones de euros para cumplir con el innegociable 4,2% del déficit, lo que dificulta sobremanera su prometida bajada de impuestos de cara a las generales.
El vicepresidente Olli Rehn eludió valorar la situación concreta de cada país ya que la próxima semana presentará en Bruselas un informe minucioso de dieciséis socios sometidos al Mecanismo de Alerta, entre ellos Francia o Alemania. También España, que no se salva de ningún procedimiento abierto en Bruselas por desequilibrios económicos. Rehn no leyó la cartilla pero sí aprovechó para lanzar un velado mensaje a Madrid -la reflexión es «general», matizó al ser preguntado por la hoja de ruta de Rajoy- y recordarle que bajar impuestos y cumplir el déficit es «un reto».
El camino a seguir, recalcó, no pasa por castigar más a las clases medias a través de la fiscalidad directa sino por recortar gastos estructurales, como insiste el BCE. Y si estos no se producen, bajar los impuestos en 2015 no será un reto sino una suerte de misión imposible si se quiere cumplir el déficit del 4,2%. «Ya ha habido dos prórrogas y no habrá una tercera», advirtieron fuentes comunitarias.
El déficit marca el ritmo económico que impone Bruselas a sus socios. Disciplina fiscal, contención, no gastar más de lo que uno ingresa, austeridad... Alemania, en una palabra. España tiene fijada una hoja de ruta hecha a medida, dos veces modificada para no ahogar aún más al país y que muchos expertos dudan de que aún así se cumpla. En 2013, el objetivo era del 6,5% pero Bruselas dice que se cerró al 7,2%. Una cifra que, como matizó ayer el Ministerio de Economía, no es real puesto que hay que descontar medio punto por ayudas a la banca. Pese a todo, se incumpliría al quedar en el 6,7%, aunque el equipo de Luis de Guindos insiste en que se cerrará en el 6,5%.
Este año, la Comisión sí cree que España cumplirá con el 5,8% pactado gracias a la mejoría económica, al menor pago de intereses de la deuda y a diferentes medidas aún por ejecutar, como la segunda ronda de la reforma laboral. El problema llegará en 2015, año electoral, cuando el país tiene que bajar al 4,2%, nada menos que ajustar 16.000 millones respecto a 2014 -cada punto del PIB ronda los mil millones-. Lejos de cumplir, Bruselas advierte de que se disparará hasta el 6,5% y obligará a hacer un ajuste extra no ya de 16.000 millones de euros, sino de 23.000 para alcanzar el 4,2%.
Riesgos de los emergentes
La Dirección de Asuntos Económicos justifica este sustancial desvío por el anuncio del Gabinete Rajoy de bajar los impuestos. Pese a todo, De Guindos jura y perjura en cada visita a Bruselas que cumplirán y que se apoyará, sobre todo, en la reforma fiscal integral que ultima Hacienda. Una propuesta que debe ser creíble a ojos de la UE ya que en 2016, el esfuerzo fiscal deberá proseguir hasta bajar al 2,8%, es decir, otros 14.000 millones.
El otro gran caballo de batalla de España, si no el principal, es el paro. La Comisión mejora sus previsiones de otoño, pero mantiene la tasa en un «inaceptable» 25,7%. En 2015, seguirá bajando hasta el 24,6% ya que se estima que la contención salarial continuará y, con ella, la devaluación interna del país con costes laborales unitarios que seguirán en descenso. Eso sí, en 2015, España ostentará el dudoso honor de ser el país de la UE (28 socios) con peor guarismo.
Respecto al endeudamiento, Bruselas advierte de una progresión imparable que lo elevará en 2014 hasta el 98,9% del PIB y en 2015, al 103,3%, niveles desconocidos y muy lejos del 60% que fija la Comisión. Pese a todo, aún está muy lejos del 133,7% que, por ejemplo, tendrá Italia.
La nota positiva llegará del crecimiento, que se duplica hasta alcanzar el 1% del PIB, en sintonía con las previsiones de Moncloa. Estará sustentado en el «aumento de la demanda interna» y en la fortaleza de las exportaciones, que seguirán la senda de ejercicios anteriores. En 2015, se prevé que sea mayor, llegando al 1,7%. Una cifra algo optimista -Madrid aboga por el 1,5%-, ya que va de la mano del déficit y de los esfuerzos que España deberá hacer para alcanzar el 4,2% y no el 6,5% vaticinado por los funcionarios de Rehn.