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Rajoy defenderá su herencia por primera vez desde que es presidente
En el Debate del estado de la Nación dará «pinceladas» de la reforma fiscal, reiterará su posición sobre Cataluña y valorará sus medidas anticorrupción
Actualizado: GuardarTras dos años justificando sus ajustes más traumáticos en la herencia recibida de José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy defenderá su propio legado durante el Debate del estado de la Nación, que comenzará mañana.
Someterá al escrutinio de los grupos parlamentarios sus reformas estructurales, desvelará las líneas generales de su tan anunciada reforma fiscal, reiterará su inamovible posición sobre el pulso soberanista de Artur Mas y pondrá en valor su plan de regeneración democrática, que incluye un amplio paquete de medidas anticorrupción.
El presidente del Gobierno ultimó este fin de semana en Moncloa los pormenores de un debate que llega en el ecuador de la legislatura y en plena precampaña de las elecciones europeas. Lo hizo rodeado de sus colaboradores más estrechos, capitaneado por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Un equipo formado por Carmen Martínez Castro y José Luis Ayllón, secretarios de estado de Comunicación y de Relaciones con las Cortes, respectivamente; Jorge Moragas, jefe de gabinete de Presidencia y Álvaro Nadal, jefe de la oficina económica de Moncloa, entre otros.
Su forma de trabajo es la habitual en este tipo de contiendas parlamentarias: preparan fichas de los temas principales donde se exponen los logros y los puntos débiles del Ejecutivo. Además, se glosa la idea que quiere transmitir el contendiente en una sola frase.
El presidente del Gobierno esbozará el giro que pretende dar a su política económica en la recta final de la legislatura. Incidirá en que los severos ajustes presupuestarios, sus reformas estructurales -en especial la laboral- y la determinación de los ciudadanos han evitado el colapso financiero y el rescate de la economía española.
Rajoy explicará que, tras esta odisea, llega el momento de cumplir las principales promesas electorales que realizó en 2011: crear empleo y bajar los impuestos.
Venderá optimismo, pero a su manera, es decir, sin echar las campanas al vuelo y optando por alguno de sus silogismos. En este momento, el presidente ya considera que el país ha salido del túnel y que se ve la luz, aunque rechaza bajar el ritmo para que la locomotora no se pare. Sabe que su principal talón de Aquiles es que la mejoría de los indicadores macroeconómicos aún no se refleja en la economía real, en el día a día de las familias.
Para levantar los ánimos, revelará los trazos gruesos de la reforma fiscal. No dará muchos detalles, porque aún está en la 'cocina' del Ministerio de Hacienda. De hecho, falta el informe que se encargó a un grupo de expertos, que tienen de plazo hasta el 28 de febrero. El plan del departamento que dirige Cristóbal Montoro es enviar el proyecto de ley al Congreso en mayo, para garantizar su entrada en vigor el 1 de enero de 2015.
El presidente del Gobierno sí avanzará los «compromisos» generales de la reforma, como que el futuro modelo fiscal será más simple y sencillo, según indicaron fuentes del ministerio. La intención, conocida ya, es la de bajar la carga impositiva a partir del 1 de enero de 2015, pocos meses antes de las elecciones locales, autonómicas y generales.
Sáenz de Santamaría anticipó el viernes que el Gobierno mantiene el mismo «ánimo reformista», aunque introdujo un matiz importante. Las próximas reformas tendrán como objetivo el crecimiento y no la consolidación fiscal y la austeridad, como hasta ahora.
Un viraje que deberá confirmar, en cualquier caso, en los Presupuestos Generales para 2015, cuyo techo de gasto se conocerá en mayo, poco antes de los comicios al Parlamento Europeo.
Pese a que el Ejecutivo insiste en que ha repartido de manera equitativa los sacrificios que ha pedido a los españoles desde diciembre de 2011, el PP lleva meses testando una fuga de apoyo de las clases medias, que son las que más directamente están padeciendo el incremento del IRPF y el IVA. «El Gobierno tendrá a partir de ahora muy presente la situación de las clases medias», repiten una y otra vez desde el palacio de la Moncloa.
Los SMS de Bárcenas
El equipo del presidente tiene claro que la oposición hurgará en la herida de los SMS que intercambió Mariano Rajoy y Luis Bárcenas, semanas después de que se conociera que el extesorero del PP llegó a tener 47 millones de euros en cuentas en Suiza. Rajoy eludirá el cuerpo a cuerpo y sacará pecho por haber sido el mandatario que más medidas para evitar la corrupción ha propuesto, como el plan de regeneración democrática que aprobó el Consejo de Ministros el pasado viernes.
No habrá sorpresas en relación a Cataluña. Rajoy entiende que es Artur Mas quien tiene que salir del lío en el que se ha metido, porque no permitirá que se celebre el referéndum de autodeterminación previsto el 9 de noviembre. Ofrecerá diálogo, pero con las condiciones ya sabidas: nunca «jugará» con la soberanía de España.