Osasuna castiga la desidia del Atlético
Los colchoneros sucumben en un partido entre guerras, encajan tres goles en el primer tiempo y permiten que el Madrid se dispare en solitario
Actualizado: GuardarOsasuna vivió la noche soñada ante un Atlético esperpéntico que cayó en la trampa de un partido entre guerras y dejó al Madrid disparado como líder en solitario a una semana de recibirle en el Vicente Calderón. Fue quizás ese derbi que se avecina, unido al extraordinario trabajo y acierto rematador del equipo de Javi Gracia, el que noqueó a un Atlético que perdió las disputas, los choques individuales, el despliegue colectivo y hasta la estrategia, su mayor virtud. En ese fortín que no pueden asaltar los grandes, los navarros dieron un paso de gigante hacia la permanencia y minimizaron al rival en un duelo que dejó señalados a varios jugadores como Diego Ribas, Adrián y el ‘Guaje’ Villa.
Fracasó en Almería después de jugar un intenso choque copero ante el Real Madrid y fue una caricatura de sí mismo en Pamplona tras ganar el miércoles a un decadente Milan en San Siro. Definitivamente, el Atlético no está preparado, por plantilla, mentalidad y grandeza, para competir en varios frentes en la misma semana. Osasuna lo hizo todo bien, en juego y en estrategia, pero los rojillos no recordaban tantas facilidades en un primer tiempo. Se presagiaba un duelo intenso y hasta equilibrado, ya que en este feudo sufrieron antes poderosos como el Madrid o el Barça, pero ni en el guión más osado aparecían tres goles locales que abrocharon el triunfo navarro antes del descanso. Osasuna sufre para marcar y el Atlético presume de ser poco goleado. Jamás con Simeone recibió un correctivo así en el primer tiempo. El último fue en el Camp Nou, en septiembre de 2011, con Goyo Manzano en el banquillo madrileño.
Con el Madrid en lo alto de la tabla y tras el tropezón del Barça, el Cholo sacó a casi toda su artillería en El Sadar. Había que atacar, nada de esperar para contragolpear. Se suponía que era el momento idóneo para dar un golpetazo en la mesa. Tenía cinco futbolistas a una amarilla de perderse el derbi del Calderón y dio descanso a Miranda y Arda, pero puso en liza al reaparecido Filipe Luis, Godín y Diego Costa. Además, reforzó la zona ofensiva con Diego Ribas, Villa y Adrián. Seguramente por ahí se rompió el equipo, ya que defendió con una blandura sin precedentes en los tiempos recientes. Cuando los colchoneros no se emplean con la máxima intensidad y entrar al límite en busca de cada balón dividido, su rendimiento decrece una barbaridad. Está visto que en esta Liga sólo el Madrid es capaz de vencer jugando a un 25% de su rendimiento.
Diego, un problema
Lo de Diego Ribas se ha convertido en un problema para el Atlético. Quizá se arregle con el tiempo, porque calidad le sobra, pero ahora es muy serio. Los colchoneros cayeron en los cuatro partidos con él de titular y ya no es mera casualidad. Simeone imploró por su llegada en invierno, pero su presencia ha descompuesto al equipo. Su calidad es indudable pero conduce en exceso, busca pases imposibles en lugar de asociarse con el compañero más próximo, ayuda más bien poco en defensa y libera de responsabilidad a sus compañeros. Mario Suárez anduvo cerca de la roja en el primer acto por tener que tapar agujeros.
Osasuna anestesió al Atlético con su misma medicina. Supo tapar a Diego Costa, maniatado por los rivales y por esa amenaza de amarilla que ocupaba su mente, y le sorprendió en una acción de estrategia perfecta. Corner en corto, balón pasado e incorporación desde atrás de Cejudo, que acertó sin parar. En otro saque de esquina pudo producirse el mismo desenlace, pero el disparo resultó fallido. Pasados los 20 minutos llegó el segundo, fruto de un disparo extraordinario de Armenteros que entró tras rozar el palo. Antes del zapatazo, hubo varias pugnas que ganaron los pamploneses por intensidad. Creció ligeramente el Atlético a partir de entonces, rondó el área de Andrés Fernández, pero no se metió en el partido con un gol. Y en otra acción aislada, Roberto Torres cabeceó sin oposición entre los centrales. Simeone y Gracia, ni se lo creían. La segunda parte fue mera anécdota. Osasuna no sufrió jamás y el Atlético ni apeló a la heroica. Como dijo Simeone, la segunda vuelta es más difícil y se hace más larga.