OTRO FÚTBOL ES POSIBLE

Un día sí y otro también, semana tras semana, mes a mes, al final y al inicio de cada temporada, y durante las vacaciones. Por desgracia, en los últimos años el balón queda en un segundo lugar frente a los múltiples y notorios problemas económicos que sacuden a los clubes. De fútbol en su pura esencia únicamente nos centramos al cien por cien durante los 90 minutos de cada partido, ya que el resto de la semana gran parte de la información tiene que ver con los euros, las denuncias por impagos, los cobros, los pagarés...

Hablar de administradores concursales y leyes concursales se ha convertido en un asunto cotidiano para todos los que amamos este deporte, desde jugadores hasta periodistas pasando por entrenadores, directivos y aficionados. Todos nos hemos familiarizado con esos términos y acepciones pero, realmente, muy pocos conocen su significado. Al fin y al cabo son cuestiones que cansan porque el afán de negocio se impone al entramado deportivo y lejos de beneficiar a este deporte, le perjudica en muchos sentidos.

Raro es el club que no tiene problemas económicos. Se percibe en todas las categorías, en todos los ámbitos y pocos son los que se salvan. El ansia de algunos por hacerse de oro, la poca cabeza de otros por lograr sueños inimaginables a cualquier precio, los proyectos con pies de barro... Numerosas circunstancias que han tocado de lleno a un deporte que ha perdido en los últimos años a muchos de sus históricos clubes. Por desgracia, no serán los últimos y otros tantos caerán.

Es momento de analizar la situación, aceptar los errores del pasado y crear un futuro más sólido. El fútbol tiene que evolucionar, evidentemente, pero sin perder los valores del pasado ni la identidad. Odio eterno a las malas costumbres del fútbol moderno. Otro fútbol es posible.