El Ejecutivo cree que es «más de lo mismo» y tacha de «teatro» el gesto de la banda
«Con la Policía y la Guardia Civil nos basta y nos sobra para verificar que se han desprendido de las armas», apunta Jorge Fernández
MADRID.Actualizado:El Gobierno sabía desde principios de semana que el gesto de ETA iba a ser muy limitado y por eso valoró el anuncio de la Comisión Internacional de Verificación antes incluso de que los mediadores comunicaran que la banda había dejado «fuera de uso operativo» parte de su arsenal. «Más de lo mismo», fue la síntesis que hizo Jorge Fernández Díaz, para acto seguido advertir de que el Ejecutivo central no tiene ninguna intención de «contribuir a esa teatralización». El titular de Interior se negó a «darle credibilidad a esa escenificación a la que ETA nos viene sometiendo».
El ministro, al que el Gobierno dejó todo el peso de la reacción oficial al anuncio de los mediadores, recordó el mantra del Ejecutivo desde que la banda terrorista anunciara en octubre de 2011 el cese definitivo de su actividad armada: «El Estado está trabajando para la disolución definitiva sin condiciones de ETA, trabajando para la derrota total y definitiva de la banda». Aunque introdujo un matiz, al apuntar que es «evidente» que «todo lo que sea avanzar en el camino de la desaparición de ETA es positivo y todo lo que sea entregar las armas es positivo», pero, añadió, «eso no es incompatible con el hecho de que se trate de una escenificación». «Parece que la sociedad tuviera que ir dándoles encima las gracias porque no nos someten al yugo terrorista», ironizó.
Fernández Díaz también quiso dejar claro el desprecio del Ejecutivo al trabajo de la Comisión Internacional de Verificación, a la que el Gobierno de Rajoy nunca ha reconocido y siempre se ha negado a recibir por considerar que, en realidad, le hace el juego a la banda y le sirve de altavoz a los terroristas. «Con la Policía y la Guardia Civil nos basta y nos sobra para verificar que se ha desprendido de sus armas. Por tanto, no nos hacen falta esos verificadores internacionales porque los mejores verificadores son la Guardia Civil y la Policía», apuntó.
El titular de Interior explicó a ETA cómo quiere el Gobierno que sea su desarme. Le «bastaría con ofrecer la geolocalización y señalar las coordenadas de sus depósitos de armas».
«Engaño»
Desde el PSOE, su vicesecretaria general del PSOE lanzó un mensaje muy parecido al del Ejecutivo a la banda : «Debe dejar todas las armas y desaparecer». «ETA dejó de matar hace dos años y ahora tiene que dejar de existir», apuntó Elena Valenciano, quien garantizó que «una organización terrorista no puede doblegar al Estado democrático».
El Partido Popular dejó la reacción a su líder en Euskadi. Arantza Quiroga mostró su indignación por otro «engaño más». «Los vascos no nos merecemos estas tomaduras de pelo, no hemos llegado hasta aquí para que unos señores generen expectativas tan notorias sobre algo que nos ha hecho sufrir tanto», dijo la presidenta de los populares vascos.
El líder de Izquierda Unida, aunque hizo una valoración «positiva» del paso de ETA, también se mostró muy crítico con lo que calificó de «desarme por fascículos, más testimonial que efectivo». «Se habían creado unas expectativas infinitamente superiores al resultado final», lamentó Cayo Lara.
En el Gobierno vasco, donde el anuncio de la comisión se esperaba con gran interés, la reacción fue de prudencia. El lehendakari consideró el gesto de ETA como «un pequeño paso, no suficiente, que cumple una primera y necesaria etapa para el desarme completo». Iñigo Urkullu aseguró ver en la entrega del pequeño arsenal el inicio de un «recorrido sin vuelta atrás que debe tener un horizonte próximo, el desarme total y absoluto de ETA».