Los francotiradores tiñen de sangre Kiev
Una jornada de horror con decenas de muertos por disparos lleva al país y a Yanukóvich al borde del abismo
KIEV.Actualizado:«Nunca en mi vida pude imaginar que vería lo que estoy viendo hoy en mi país», declaraba, todavía incrédula, la ginecóloga Natalya Hot. Su colega Olga Bogomolets compartía el estupor. «Lo que está pasando en Ucrania es criminal y antihumano». Con hileras de cadáveres a la vista, estas dos médicos admitían que el horror de la jornada de ayer en Kiev pudo con todas las barreras con las que afrontan su familiaridad profesional con la muerte.
El cruce de acusaciones entre las autoridades y los manifestantes, las distintas versiones que se facilitaron de los hechos y los claros intentos de intoxicar la información con propósitos desestabilizadores impiden saber con exactitud el número de muertos ayer en el Maidán de Kiev y alrededores. Los balances oscilan entre 67 y 100 fallecidos en la jornada más sangrienta de los 22 años de Ucrania como país independiente.
A juzgar por los vídeos publicados, los autores de la mayor parte de las muertes fueron francotiradores. Unos dispararon contra la Policía y otros contra los congregados en la plaza de la Independencia. Se oyeron muchos tiros. Este enviado especial se encontraba en la calle Institútskaya y lo pudo constatar.
Después de la tregua pactada el miércoles entre el presidente Víctor Yanukóvich y la oposición, y tras una noche más o menos en calma, ayer, hacia las ocho de la mañana, se reanudaron los enfrentamientos. Responsables del partido ultranacionalista Svoboda (Libertad) sostienen que fueron francotiradores de las fuerzas de seguridad los que abrieron fuego sin motivo sobre los manifestantes desde las azoteas de varios edificios de la plaza, entre ellos el del Conservatorio.
El Ministerio del Interior lo niega y asegura que quienes dispararon son extremistas al servicio del Maidán. Lo cierto es que, tan pronto se oyeron las detonaciones, un nutrido grupo de activistas provistos de cócteles mólotov, palos, bates e incluso hachas se lanzaron contra los agentes de los destacamentos Bérkut que acordonaban la plaza de Europa, enclavada a escasos metros del Maidán. La virulencia de la embestida fue tal que los antidisturbios abandonaron sus posiciones y se replegaron hacia la calle Grushévskaya. Las agencias dijeron entonces que se había iniciado un intento de asalto de los manifestantes a las sedes del Gobierno y del Parlamento.
Pero no fue así. Ninguno de los dos edificios oficiales llegó a estar en peligro, aunque su personal fue evacuado por prevención. Los que sí se llevaron lo suyo fueron los policías y algunos resultaron heridos. Varias de sus unidades en el perímetro de la 'manzana gubernamental', que incluye también la Presidencia, declararon bajas en la plaza de Europa. Mientras, los cadáveres de manifestantes recogidos en el Maidán eran trasladados a centros forenses y al sótano del hotel Ucrania. El sacerdote ortodoxo Nikolai Himaylo administró a algunos de ellos el último sacramento «para que sean perdonados». No lo será Yanukóvich, asegura, que ha convertido a Ucrania en «un Estado criminal».
Balas de combate
Alexánder Turchínov, uno de los responsables de Batkívshina (Patria), el partido de la ex primera ministra Julia Timoshenko, habló de más de 100 muertos. El Ministerio de Sanidad, por su parte, ofreció un balance de 67 fallecidos. Los heridos superan el millar.
Por su parte, diputado de Svoboda Sviatoslav Janenko denunció que, por primera vez desde el comienzo de la crisis, las fuerzas del orden «están empleando fuego real, balas de combate, contra los manifestantes». El ministro del Interior, Vitali Zajarchenko, no negó que sus hombres portaran armas de fuego porque, señaló, «la ley les permite utilizarlas contra extremistas armados». «Se ha abierto fuego contra efectivos policiales y en las calles mueren no sólo los agentes sino también ciudadanos pacíficos», manifestó Vitali Zajarchenko, quien exigió al Maidán la entrega de las armas. Un comunicado aseguraba que los manifestantes secuestraron a 67 policías.
Mientras todo esto sucedía, Yanukóvich recibía a los ministros de Exteriores de Alemania, Francia y Polonia para tratar de buscar una salida a la crisis. Según Varsovia, el presidente ucraniano podría aceptar elecciones este mismo año. El encuentro duró más de cinco horas y los tres ministros se reunieron después con la oposición. Las conversaciones seguirán hoy.