Mas pone en marcha la agencia tributaria catalana para recaudar todos sus impuestos
El presidente de la Generalitat reivindica la autonomía fiscal plena y niega que haya planteado un pulso al Estado
Actualizado: GuardarLa Generalitat puso ayer la primera piedra de la hacienda catalana, la estructura de país que Artur Mas reclama para afrontar la transición hacia el Estado propio. La puesta en marcha de la agencia tributaria es a día de hoy más simbólica que real dado que este organismo apenas tiene capacidad recaudatoria, pero es un guiño más del presidente de la Generalitat hacia el proceso soberanista y su intención de cumplir la hoja de ruta que pactó con el líder de Esquerra, Oriol Junqueras. El germen de la autonomía fiscal recibe el nombre de Tributos de Cataluña y nace como una red de 53 oficinas de atención al contribuyente, dos centenares de funcionarios, reubicados de sus puestos anteriores, que recaudarán impuestos locales y autonómicos, y con un portal de internet.
Este embrión de hacienda es el resultado del convenio que firmaron en 2012 la Generalitat y las cuatro diputaciones catalanas. A partir de ahora, el Ejecutivo catalán pasará a gestionar los tributos que hasta ahora administraban los entes locales como el IBI, IAE, plusvalías o el impuesto de vehículos, además de los propios y los cedidos por el Estado que gestiona la Generalitat mediante la agencia tributaria catalana desde 2007, como son transmisiones, sucesiones, patrimonio, de juego, agua y residuos, entre otros.
Esta especie de ventanilla única para los impuestos locales y autonómicos dispondrá de 1.399 empleados públicos cuando funcionen las 152 oficinas previstas por la Generalitat. Una estructura que estaría aún lejos de los 8.000 empleados que necesitará una hacienda propia con capacidad recaudatoria plena, según uno de los informes que elaboró el consejo asesor de Mas para la transición nacional. Este organismo instó al presidente de la Generalitat a avanzar en la creación de esta herramienta que todos los estados, «federales o independientes», deberían tener.
Autonomía financiera
La Hacienda catalana podría recaudar 100.000 millones, según los asesores de la Generalitat, y ponerla en marcha costaría entre 280 y 700 millones. De momento, el Gobierno catalán asegura que no ha invertido ni un euro, ya que no ha contratado personal y las oficinas pertenecen, en su gran mayoría, a las diputaciones.
El presidente de la Generalitat negó además que el proyecto de la agencia tributaria sea un «pulso al Estado». El objetivo, según dijo, es lograr una «hacienda propia catalana, completa, integral, moderna que nos dé autonomía financiera». «La batalla democrática -remató- no es existencialista, sino que busca disponer de instrumentos para hacer un país mejor».
Sin embargo, el momento elegido para hacer el anuncio no es casual. Mas admitió que se produce en un contexto de «plenas pulsiones centralistas». La idea es llegar a gestionar todos los impuestos que pagan los ciudadanos y empresas de Cataluña. El IVA y el IRPF son tributos del Estado, pero la Generalitat reivindica su administración, como en el País Vasco o en Navarra. El asunto está sobre la mesa y marcará cualquier negociación, aunque el diálogo esté ahora muerto por culpa de la consulta.
El objetivo de la Hacienda propia le ha servido también a Mas como herramienta de tensión con el Gobierno central. Él no lo hace, pero CiU, ERC y los movimientos soberanistas amenazan con asiduidad con llamar a la ciudadanía a la insumisión fiscal para presionar a favor de la consulta. Si Mas optara por ir a las bravas, con los Tributos de Cataluña tendría la infraestructura base para recaudar impuestos. Por ello, desde el Ministerio de Hacienda aseguraron que vigilarán los primeros pasos de la agencia catalana y el PP catalán fue más allá y amenazó con llevarla a los tribunales.