La tenaz lucha de una madre y abuela coraje

Cristina Hércules no sabe si 126.800 personas serán suficientes, pero esta ‘madre coraje’ espera que sí, tras haber entregado hoy todas las firmas en el Ministerio de Justicia. Ella solo pide una cosa: el indulto de su hija Raquel y, por consiguiente, de su nieta Mía.

Raquel Marinero era una chica de 19 años embarazada cuando viajó a Panamá. Le habían dicho que allí le meterían droga “en una faja” para que la llevara a Costa Rica, pero no fue así. Al llegar le obligaron a tragarse 55 bolas de cocaína y a pasar la frontera. “En el programa ‘Callejeros’ vi que hay que llevar a cabo un tratamiento de dilatación del esófago para tragarte todo eso, pero a Raquel se las metieron así de golpe”, explica la madre desesperada; “y obviamente una bola le explotó y se le reventó el esófago”. Raquel estuvo 17 días en la UCI costarricense y nada más recuperarse la metieron en prisión.

Cristina cuenta que durante esos 21 meses fue tres veces a ver su hija a la cárcel de El Buen Pastor de Costa Rica, una de las peores de Centroamérica. Y en enero de 2012 nació Mía. Mía porque es suya. Para que no se la quitaran, para no separarse de ella. Después de muchas peleas y cartas enviadas “a la Defensora del Pueblo, a todos los ministerios y a todas las ONG que conocía”, consiguieron que Raquel y Mía volaran a España.

Desde junio de 2013 las dos están en la prisión de Madrid VI, en Aranjuez. “Todas las asociaciones y abogados me habían prometido que al traer a Raquel a España iba a tener muchas ventajas por haber estado en una cárcel como esa en condiciones inhumanas. Ha dormido en el suelo, ha comido día tras día el mismo arroz asqueroso lleno de gusanos… pero no le han dado ni un solo permiso. Tenerla en la cárcel es una auténtica crueldad”, explica la madre y abuela.

El objetivo de Cristina es el indulto de su hija. Y su denuncia es clara: “El Gobierno ha indultado a gente que ha matado, que ha estafado y que no ha pisado la cárcel. Raquel no pide eludir la prisión porque ya lleva dos años y medio cumpliendo condena. Raquel se merece una segunda oportunidad”. La campaña de esta madre a través de la asociación Change.org no parará hasta conseguir que Raquel esté en libertad. Y si no, avisa: “Me pongo una pancarta y me voy a la Puerta del Sol”.