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Dos hombres heridos ayer durante los incidentes entre manifestantes y policía en el centro de Kiev. :: REUTERS
MUNDO

La sangre reina en las calles de Kiev

El presidente Yanukóvich opta por la acción policial para atajar una jornada de violencia con 14 muertos

RAFAEL M. MAÑUECO CORRESPONSAL
MOSCÚ.Actualizado:

La carga de la Policía contra los miles de manifestantes congregados en la plaza de la independencia de Kiev, el Maidán, comenzó ayer pasadas las 20.30, hora local (19.30 en España). La explanada está rodeada de barricadas que fueron instaladas en diciembre y reforzadas el mes pasado. Para impedir el avance de los antidisturbios, se volvieron a quemar neumáticos, lo que confiere al Maidán un verdadero aspecto bélico. Entrada la noche, las fuerzas del orden no habían logrado todavía hacerse con la situación y los participantes en la protesta continuaban manteniendo sus posiciones. Mientras, en una medida típica de estado de emergencia, los accesos a Kiev eran cortados y dejaban de funcionar los transportes en el centro de la ciudad.

Como sucedió hace casi un mes, cuando en medio de los disturbios se derramó la sangre por primera vez desde que comenzaron las protestas en noviembre, ayer, ya antes de la intervención policial, hubo personas que perecieron o resultaron heridas por disparos efectuados no se sabe bien por quién ni desde dónde. El Ministerio del Interior cifró en 14 el número de fallecidos durante los enfrentamientos en Kiev y en cerca de 200 el de heridos. El poder y la oposición se acusan mutuamente del empleo de armas de fuego.

Un portavoz policial aseguró que siete de los muertos son civiles y los otros siete pertenecen a las fuerzas del orden. Al parecer, según la fuente, «uno pereció en la oficina del Partido de las Regiones (al que pertenece el presidente Yanukóvich) asfixiado por el humo; tres muertos fueron trasladados a la Casa de los Oficiales -dos con heridas de bala y otro tras sufrir un accidente de tráfico-; un cuarto murió en una ambulancia en la calle Mazepa, también a causa de un disparo». Según su relato, «hubo además dos muertes por infarto en la calle Institútskaya» en el momento de los enfrentamientos con la Policía. El Ministerio del Interior informó de 22 heridos graves entre los agentes, 18 de ellos por arma de fuego.

Debate parlamentario

Todo empezó por la mañana, cuando varios miles de manifestantes provistos de adoquines, palos y cócteles molotov, rompieron el cordón policial en la calle Grushévskaya y consiguieron llegar hasta las inmediaciones del edificio de la Rada Suprema, el Parlamento del país, en cuyo interior se celebraba una sesión para discutir la posibilidad de restablecer la Constitución de 2004.

La oposición demanda limitar los poderes del presidente, Víctor Yanukóvich, bajo cuyas órdenes fue modificada la Carta Magna de hace diez años para reforzar sus prerrogativas. Además de las enmiendas constituciones, las tres principales formaciones opositoras, Batkívshina (Patria), la Alianza Democrática de Ucrania por las Reformas (UDAR) y Svoboda (Libertad), continúan exigiendo la convocatoria de elecciones presidenciales y legislativas. Luego, no lejos de la Rada, era atacada e incendiada la sede del Partido de las Regiones.

El Ministerio del Interior lanzó entonces un ultimátum a los manifestantes, que debía haber durado hasta las seis de la tarde, para que cesaran los actos de violencia; de lo contrario, los antidisturbios intervendrían. Y así sucedió pese a que la situación se había calmado relativamente. El boxeador Vitali Klichkó presentía lo que iba a pasar y pidió a las mujeres y los niños que abandonaran el Maidán.

El jefe del Gobierno ucraniano en funciones, Serguéi Arbúzov, le había prometido al comisario de Ampliación europeo, Stefan Fülle, que las armas permanecerían «calladas». «Acabo de hablar con el primer ministro en funciones y le dije que ver a los Bérkut -antidisturbios- con fusiles kaláshnikov es motivo de una profunda inquietud. Me dijo que él, personalmente, y las autoridades harán todo lo posible para que las armas permanezcan calladas. Rezaré por ello», dijo Fülle. Por el canal de noticias ruso Rossía-24 desfilaron ayer varios diputados del Partido de las Regiones. Uno de ellos, Oleg Tsariov, dijo que «después de casi tres meses de humillación, hoy va a ser limpiada la plaza de la Independencia». Tsariov explicó que «muchos manifestantes llevan pistolas y escopetas. Entre ellos hay guerrilleros que combatieron en países árabes». Otro legislador, Vadim Kolesnichenko, calificó de «terroristas» a los líderes opositores.

El lunes entró en vigor la ley de amnistía que fue aprobada el mes pasado tras unas difíciles negociaciones con el poder. Las conversaciones condujeron también a la dimisión del primer ministro, Nikolái Azárov, y a la derogación de las leyes «represivas» adoptadas el 16 de enero pasado.