Rajoy obvia Cataluña en su discurso del Debate de la Nación
En su escrito al Congreso, dedica cinco de los seis folios a la economía y la salida de la crisis y no cita ni el aborto ni 'Gürtel'
MADRID. Actualizado: GuardarSalvo cambios de última hora, Mariano Rajoy tiene previsto obviar en su discurso del Debate sobre el estado de la Nación el pulso soberanista de Cataluña, los escándalos de corrupción que afectan a su partido y el discutido proyecto de reforma de la ley del aborto, para desarrollar una intervención monopolizada por el mensaje de que su Ejecutivo ha sacado a España de la recesión y, ahora, dedicará la segunda mitad de la legislatura a lograr la creación de empleo.
De los seis folios que ocupa la comunicación que el Gobierno ha hecho llegar a los grupos parlamentarios cinco versan sobre economía y la salida de la crisis económica. Los únicos asuntos ajenos a este tema que el presidente toca en su texto, aunque muy de pasada, son su determinación de mantener invariable la política contra ETA, de afrontar hasta el final la reforma de las administraciones públicas, de abordar este año «una reforma integral del sistema fiscal», y un ofrecimiento genérico de diálogo a la oposición.
Solo cita la palabra corrupción en el párrafo en que destaca la aprobación de la ley de transparencia y cuando recuerda que en breve enviará al Congreso el paquete de reformas legales para prevenir y perseguir estos comportamientos en la política y las instituciones que ya adelantó hace un año, justo en el anterior Debate sobre el estado de la Nación.
No obstante, los próximos 25 y 26 de febrero, Rajoy tendrá que entrar quiera o no quiera en el debate soberanista, en la polémica reforma del aborto y en los casos Bárcenas y 'Gürtel', al menos en sus réplicas, porque el resto de grupos políticos ya han adelantado que no desaprovecharán la ocasión para volver a pedirle explicaciones por su relación con el extesorero del PP y para criticar su estrategia política frente al pulso independentista.
La oposición también volverá a decirle que no debe empeñarse en cambiar la regulación del aborto contra todos, incluso contra la opinión de dirigentes del PP.