El Degas 'secreto' emerge a través de sus obras más raras

Fue el más atípico y heterodoxo de los impresionistas. Si sus colegas se entregaron con fruición al paisaje, el interés primordial de Edgar Degas (1834-1917) estuvo en sus semejantes. Su entorno más inmediato, en especial las mujeres, fue constante fuente de atención e inspiración para este creador aclamado por sus coloristas pasteles de bailarinas y jinetes. Pero tras el poderoso atractivo y el dominio técnico que exhibe en sus obras más conocidas hay miles de horas consagradas al dibujo, el grabado, los monotipos, la fotografía e incluso a la escultura. Degas practicó con intensa pasión todas estas disciplinas, aunque mantuvo poco menos que en secreto sus logros en estos ámbitos. Ahora los desvela una interesante muestra que llega a España 125 años después de la visita a nuestro país de un artista que anhelaba ser «ilustre y desconocido».

'Edgar Degas. Impresionistas en privado' se titula la exposición que ofrece la Fundación Canal hasta el 4 de mayo. Reivindica al Degas más raro, delicado y desconocido. El que se pone a prueba en sus bocetos, dibujos y estampas confrontado con los de amigos y coetáneos como Cézanne, Manet, Ingres, Fantin-Latour o Toulouse-Lautrec. Lo más valioso de la muestra son los 21 dibujos que Degas conservó hasta su muerte, que siempre estuvieron en su taller y que no se habían exhibido apenas. Piezas como dos tempranos autorretratos -'A la manera e Filippino Lippi (1854) y 'De perfil (1854)- que persiguió durante décadas y logró adquirir Robert Flynn Johnson, coleccionista estadounidense, mecenas, historiador del arte, conservador del Museo de Bellas Artes de San Francisco, comisario de la exposición y propietario de colección de más de cien obras sobre papel de Degas y de su círculo más cercano que nunca antes habían sido expuestas en conjunto.