Carolina Ruiz, ambición en el ocaso
«En el fondo lo que valen son las medallas y, a medias, un diploma olímpico», asegura la granadina que compite en sus cuartos Juegos.
MADRIDActualizado:Carolina Ruiz exhibe alegría en su despedida. Nada de lágrimas o de nostalgias. La esquiadora granadina reparte optimismo por donde quiera que va. En Sochi es la referencia, la heredera de María José Rienda, y quiere ser la sucesora de los Fernández Ochoa, los únicos españoles que se han colgado una medalla en los Juegos Olímpicos de Invierno. «Mi objetivo es el podio. Es una realidad que estamos entre los mejores del mundo y podemos luchar por ese resultado. No va a ser fácil. Las medallas son caras y hasta que no las tengas en la mano nunca se sabe», afirma mientras brillan sus ojos.
El camino hasta Sochi ha sido largo. Nació en Osorno (al sur de Chile), pero desde las tres semanas de vida reside en Granada. «Es mi casa», señala aliviada la deportista cada vez que se refiere a los territorios nazaríes en los que disfruta de sus aficiones: ir de tapas, el cine y la fotografía. Al pie de las montañas andinas de Antillanca y de las europeas se cocinó su carrera. «Fue mi padre quien me enseñó a esquiar. Desde pequeñita he vivido en Sierra Nevada y la nieve era mi juego después del colegio. Iba siempre a esquiar y mis padres se dedican al mundo de la nieve. Son profesores de esquí y fue algo fácil entrar en este mundo», recuerda. Primero fue el eslalon gigante, pero después se cambió a las pruebas de rapidez. «Sobre todo me gusta la sensación que se tiene cuando se baja a esa velocidad. A veces hay momentos que dan miedo, pero entran mucho dentro y te dan algo que no he sentido haciendo ningún otro deporte», asegura quien al principio se sintió sola con el cambio de disciplina.
Así, desde la adolescencia aprendió a descender montañas contra las mejores atletas del mundo y se ganó la participación en varios Juegos Olímpicos. «Cuando era pequeña era mi sueño. Quería dedicarme a esto, aunque no sabía muy bien lo que significaba, pero desde pequeña tenía muy claro que era lo que quería hacer», reconoce.
Su gran éxito fue coronarse en el descenso de Meribel 2013, el primer triunfo español en una prueba de la Copa del Mundo, pero no quiere despedirse sin un nuevo hito. «Para mí van a ser unos Juegos importantes. Son mis cuartos, llego con una gran experiencia, pero para mí también van a ser mis últimos Juegos y los que con más opciones llego para luchar por esas medallas. Es muy motivante y emocionante, porque en el fondo lo que valen son las medallas y, a medias, un diploma olímpico. El resto tampoco nos da demasiado, por lo que es bonito poder llegar a luchar por ello», indica sin falsa modestia. «Sabe que tiene bastantes posibilidades y no supone más presión. Sabe que tiene que estar concentrada, seguir la línea y no intentar forzar demasiado, porque es cuando llegan los problemas. Al intentar ir al 120% en algunas pruebas de la Copa del Mundo no salió bien porque al llegar forzada es más difícil. Aquí puede esquiar bastante normal y conseguir un buen resultado», avanza desde Sochi su entrenador desde 2010, el escocés Mark Tilston.
Aspirante
Los mejores antecedentes de la presente temporada son un séptimo puesto en Altenmarkt (Austria) y un noveno, en la estación canadiense de Lake Louise. «Lo peor son los momentos más complicados en los que los resultados no llegan. Nuestro deporte es un poco particular porque las temporadas son bastante irregulares. Puedes estar un año la 10 del mundo, al siguiente la 50 y al otro la 3. Varía y cambia mucho, algo que en otros deportes no pasa tan fácil», explica la granadina que se dañó los ligamentos de la rodilla en una caída en un eslalon en 2000 y se los rompió en un supergigante en Chile en 2003. En los Juegos anteriores no pasó del puesto 15 tanto en descenso como en supergigante. Carolina participará este miércoles en el descenso y después probará con el 'súper' el día 15.
La adaptación a Sochi ha sido minuciosa. Aterrizó en las orillas del Mar Negro diez días antes de entrar en la competición, ha probado tres esquís nuevos -sin éxito, con lo que seguirá con los habituales-, ha participado en los cinco entrenamientos oficiales y afirma que la nieve rusa es «de las mejores» de la presente temporada. «La pista es muy buena. Todo es muy favorable», corrobora su entrenador. Todos parecen contentos en el momento de la despedida.