La infanta regresa a Ginebra tras dormir en Zarzuela

A las diez y media de la mañana, en un vuelo regular, la infanta Cristina voló a Ginebra, donde se reunió con su marido y sus hijos. Lo hizo desde Madrid, a donde se había desplazado inmediatamente después del maratoniano interrogatorio en los Juzgados de Palma de Mallorca. No hay confirmación oficial de que la hija de los Reyes durmiera en Zarzuela. Eso forma parte de la agenda privada de la Familia Real, alegan desde Palacio. Pero es un secreto a voces que padres e hija se reencontraron este fin de semana. Como también lo es que don Juan Carlos y doña Sofía, así como los Príncipes de Asturias -el núcleo duro que la institución trata de proteger a toda costa de los efectos dañinos del 'caso Nóos'-, estuvieron informados en todo momento de cómo transcurría la declaración de la infanta Cristina.

El gesto de que la infanta Cristina no regresara directamente a Suiza tras el interrogatorio, sino que aprovechara unas horas para reunirse con sus padres, puede interpretarse como un respaldo público de los Reyes a su hija, más después de que la duquesa de Palma se desligara en el interrogatorio de los turbios asuntos de su marido y declarara que si hoy está envuelta en esta situación fue por confiar en él.

Desde que estallara el 'caso Nóos', la infanta Cristina ha sido apartada, de forma no oficial, de los actos de la Familia Real, hasta el punto de que su agenda se congeló el 12 de octubre de 2011. No obstante, en estos casi dos años y medio se han producido gestos hacia doña Cristina por parte de los Reyes, conscientes de que, aunque la figura de la duquesa hoy por hoy daña la institución, dar la espalda en estos momentos a su hija sería una forma de no creer en su inocencia.