Se quita la vida tras ver que su madre había muerto
Los cadáveres de la mujer, que falleció por causas naturales el martes, y de su hijo fueron descubiertos en una casa de Cartagena
CARTAGENAActualizado:«La joya más bonita que puede tener una mujer alrededor de su cuello son los brazos de su hijo». Esa frase, inscrita en un azulejo colocado a la entrada del número 23 de la calle Aljibe del caserío Los Rosiques de La Aparecida, quizás revela la escena de despedida que se vivió el martes por la tarde dentro de esa casa, minutos antes de que Antonio Corbalán, de 47 años, se quitara la vida tras ver que su madre, María Martínez de 79, y a la que había cuidado toda su vida, yacía muerta en su cama.
El triste suceso alarmó a los vecinos de este pequeño caserío sobre las dos de la tarde de anteayer cuando, extrañados, vieron llegar a una patrulla de la Policía Local. Estos fueron avisados por la hija de la mujer y hermana del hombre.
«Mi sobrina Encarna fue a visitarlos por la mañana, como hace muchos días, y al ver que nadie respondía se asustó. Después los llamó por teléfono y al no conseguir contactar con ellos avisó a la Policía Local. Cuando llegaron, los agentes abrieron la puerta como pudieron y se los encontraron muertos; a ella en la cama y a él ahorcado», contó ayer Pedro Corbalán.
Los primeros indicios analizados por la Guardia Civil en la casa indicaban que podría «haber sido un homicidio y posteriormente un suicidio», anticipó ayer por la mañana el delegado del Gobierno, Joaquín Bascuñana
Ella no salía a la calle
Pero la autopsia realizada a mediodía por facultativos del Instituto de Medicina Legal de Cartagena concluyó que la mujer falleció por circunstancias naturales, concretamente por un fallo cardíaco, aseguraron los familiares.
Ya por la tarde, el delegado del Gobierno confirmó en un acto celebrado en un hotel de Murcia, que la hipótesis había cambiado y que la «señora había fallecido de muerte natural». Los decesos ocurrieron el martes.
La mujer llevaba varios años encamada, según fuentes familiares, al tener sobrepeso, un problema que le impedía caminar. Su hijo convivía con ella en el domicilio donde ocurrieron los hechos. Algunos vecinos indicaron que la anciana llevaba más de veinte años sin salir a la calle y que ambos eran muy poco conocidos en el caserío, donde a pesar de que hay una treintena de viviendas no viven más de una docena de personas.
Se trata de una vivienda de planta baja apartada del resto de casas, que se encuentra junto a uno de los caminos del trasvase. Los vecinos de la zona contaron a este diario que el hombre tenía continuos cambios de personalidad ya que unos días se lo encontraban tranquilo frente a su casa y otras muchas insultaba a quien pasaba ante él o salía a gritar a la calle sin motivo.
Misa funeral
Tras la realización de las autopsias, los cuerpos de madre e hijo fueron trasladados al Tanatorio Campo de Cartagena ubicado entre La Palma y Pozo Estrecho. La misa funeral está prevista para las diez de la mañana, según informaron los familiares de las víctimas.