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Reproducción de una habitación usada por prostitutas en el nuevo museo de Ámsterdam. :: KOEN VAN WEEL / AFP
Sociedad

Museo joven, oficio viejo

Abre en Ámsterdam el primer museo de la prostitución del mundo, que muestra cómo ha evolucionado esta profesión

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El oficio más viejo del mundo tiene en Ámsterdam su primer museo, el Red Light Secrets. Se trata de una muestra que recorre la prostitución desde sus orígenes hasta el año 2000, cuando fue legalizada en Holanda la profesión.

Este museo no alberga obras de Rembrandt, Van Dyck, Rubens o Van Gogh. No está cerca del Rijksmuseum, pero sí se encuentra enclavado en la zona más visitada de la ciudad, el Barrio Rojo, donde decenas de chicas venden sus cuerpos a través de escaparates y ventanas.

El visitante mayor de 18 años, tras pagar siete euros en una taquilla que imita la recepción de una antigua casa de lenocinio, se adentra en un espacio donde las sensaciones y las sorpresas le irán sorprendiendo. Así comprobará cómo han evolucionado los medios con los que han trabajado las 'profesionales del amor' a lo largo de la historia. De los jergones a las camas de agua, del lujo de tener a mano unas palaganas y jofaninas para lavarse a contar con bañeras redondas o un jacuzzi.

El museo recrea también las salas especializadas en vicios ocultos, de esos que nadie confiesa y muchos practican, de los que el 'sado' es el más conocido. Las salas también recogen la evolución de la moda de la seducción, de los sayos a los encajes, pasando por las sedas, los tejidos transparentes, el cuero o, simplemente, unas botas.

También uno se puede sentir como estas mujeres, sentándose en un escaparates donde ellas, día a día y desde hace dos siglos, muestran su anatomía al público que recorre las callejuelas de este popular 'barrio chino'.

La vista se completa con diversas fotografías, un holograma y un documental que narra el día a día de una prostituta en Ámsterdam, ciudad que, además, protege a estas trabajadoras.

A buen seguro que este local será todo un éxito en el Barrio Rojo. Entre las visitas habrá muchos maridos que entrarán acompañados por sus mujeres, algo poco frecuente hasta ahora en estos establecimientos.