Madonna presenta a Nadejda Tolokonikova y María Alejina, integrantes de las Pussy Riot. :: EFE/JASON SZENES
MUNDO

Nueva York se rinde a las Pussy Riot

Madonna presentó a las dos activistas rusas en un concierto de Amnistía Internacional, que sirvió de altavoz para sus críticas a Putin

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Llegaron a la Gran Manzana por la puerta grande y se la comieron de un bocado. En su primera visita a EE UU, dos miembros de las Pussy Ryot fueron entrevistadas por el Consejo Editorial del The New York Times -una deferencia que en España sólo disfruta el Rey y el presidente del Gobierno-, las recibió la embajadora estadounidense en la ONU, Samatha Power, aparecieron en el programa de humor político Colbert Report y fueron la estrella del primer concierto de Amnistía Internacional en Brooklyn, presentadas nada más ni nada menos que por Madonna.

En todos esos escenarios, Nadejda Tolokonikova y María Alejina, liberadas el pasado 23 de diciembre tras dos años de prisión, gracias en parte a la intervención de Amnistía Internacional, transmitieron apasionadamente el mismo y amenazador mensaje anti-Putin que no les dejan decir en casa. «¡Rusia será libre!», prometieron. Y esa libertad no incluye a Putin, el único nombre que pudieron entender las masas congregadas en el flamante Barclays Center de Brooklyn, donde un cartel de grupos alternativos presentados por estrellas comprometidas con los derechos humanos amenizó la velada de cuatro horas.

Estuvieron de viva voz gente como Susan Sarandon y Yoko Ono, y en vídeo Sting y Bruce Springsteen, que recordaron su lucha desde los años ochenta. Pero fue Madonna la que se llevó el gato al agua, o al menos la que presentó directamente a las dos chicas detenidas por un concierto de menos de dos minutos en la catedral de Moscú. La cantante de pop, que se definió como una luchadora de los derechos humanos desde que en los ochenta se dio cuenta de que su voz iba «más allá de Material Girl», confesó que no fue casualidad que estuviera de gira mundial en Rusia cuando empezó el juicio de las Pussy Riot.

Tanto ella como los miembros de su equipo fueron acusados de promover conducta homosexual y amenazados con ser encarcelados si continuaban con ese tipo de actitudes. Y si bien ninguno de ellos fue a la cárcel, sí lo hicieron 87 de sus seguidores que acudieron al concierto. Madonna recordó que todos tenemos la obligación de alzar la voz en contra de Putin y de quienquiera que viole los derechos humanos, «tanto en casa como en el otro lado del mundo», y dejó los detalles de la lucha rusa a las dos activistas punk. Las chicas leyeron los casos de otros detenidos y pidieron al mundo que boicotee los Juegos Olímpicos.