Margallo defiende que las embajadas boicoteen la apuesta soberanista catalana

Los embajadores deben estar informados de lo que sucede en España. Con esta premisa justificó el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, el envío a los jefes de las legaciones españolas de un documento de 210 páginas bajo el título 'Por la convivencia democrática' y en el que se censura el desafío independentista lanzado por los nacionalistas catalanes. Ante la comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, el jefe de la diplomacia aseguró que son muchos los países que preguntan en el exterior sobre lo que está sucediendo en España y sobre la posibilidad de que sufra una escisión territorial, ante lo que se elaboró el documento con el fin de que se pueda dar respuesta a esas dudas.

El informe, duramente criticado por CiU, ERC y PNV, apunta que la apuesta soberanista «no es una opción democrática sino que representa, por el contrario, la ruptura del marco de concordia y convivencia». Añade que «no cabe admitir que existe un expolio fiscal, salvo que se admitan cálculos que resultan poco fiables, sino que existe una contribución a la solidaridad prevista en la Constitución y que afecta a muchas otras comunidades autónomas».

Para el portavoz de ERC, Joan Tardà, el informe tiene como único objetivo «desprestigiar y hacer descarrilar el derecho a decidir de los catalanes». «En cambio -añadió Tardà- el documento no cuenta al mundo que hay millones de catalanes que quieren votar ni habla para nada del genocidio lingüístico que ha sufrido Cataluña a lo largo de la historia». Desde CiU, el diputado Joan Guillaumes achacó a Margallo, al que aún así elogió al definirlo como «uno de los ministros más inteligentes del Gabinete», calificó el informe como «deshonesto».

Lejos de entonar el mea culpa el ministro de Exteriores aseguró que no solo no se arrepiente de haber ordenado elaborar el informe sino que volvería a hacerlo pese a la polémica que ha suscitado. Es más, aseveró que siente que ha cumplido con su deber porque como ministro está obligado a defender la unidad de España. Y avisó que su departamento está preparando dos nuevos informes, uno sobre la cuestión lingüística y otro sobre el coste económico que acarrearía la secesión de Cataluña. Margallo reconoció que, «por su puesto», el documento pretende defender la integridad territorial y que fue redactado con una orientación en pos de este objetivo. «No soy neutral y no voy a presentar ningún aspecto positivo de la independencia de Cataluña, y mis embajadores tampoco, si lo hace alguno lo ceso», zanjó el jefe de la diplomacia, que en cualquier caso rechazó que el informe contenga algún tipo de expresión despectiva hacia Cataluña.

Línea dura

El ministro de Exteriores se ha mostrado como uno de los más enérgicos dentro del Ejecutivo a la hora de denunciar la apuesta soberanista. En la línea de lo mantenido durante los últimos meses, Margallo recordó que Cataluña solo podría ser independiente en virtud de una declaración unilateral, porque «el Gobierno no es ya que no siquiera, sino que no puede» convocar un referéndum ilegal por impedimento constitucional, algo que, dijo, ocurre con todas las cartas magnas del mundo con «la excepción de la etíope».

En respuesta a las acusaciones de ERC de que el Gobierno vulnera derechos fundamentales, Margallo fue directo: «No voy a permitir que se diga que estamos agrediendo a los catalanes. Estamos defendiendo a los catalanes. Si hubiese una secesión, que no se admite ni como hipótesis, España sufriría».