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Arenas, Zoido, Cospedal, Sanz y Floriano, durante la junta directiva del PP de Andalucía, que se celebró ayer en Sevilla. :: JULIO MUÑOZ/EFE
ESPAÑA

El pulso entre Cospedal y Arenas deja en el aire el nombre del candidato andaluz

La secretaria general del PP desactiva el amago de rebelión al impulsar un congreso en el que, por primera vez, no habrá un aspirante oficial

ANTONIO MONTILLA
MADRID.Actualizado:

El PP de Andalucía resolverá con un congreso extraordinario, que se celebrará en Sevilla entre el 1 y 2 de marzo, su controvertida falta de liderazgo. Dos años después de su renuncia como presidente de los populares andaluces, Javier Arenas se convirtió -confiesa que a su pesar- en protagonista de los prolegómenos de la junta directiva regional, en la que María Dolores de Cospedal anunció que, por primera vez en la historia del partido, la dirección nacional no «impondrá» a ningún candidato oficialista. «Será un congreso democrático», auguró.

Con esta decisión, la secretaria general del PP desactivó el amago de motín que se produjo el lunes, cuando los ocho presidentes provinciales andaluces fueron citados en Sevilla para, supuestamente, ser informados de que José Luis Sanz, actual secretario general del PP-A, era la persona elegida por la dirección nacional para sustituir a Juan Ignacio Zoido, actual presidente del partido en Andalucía. No fue así. Varios barones provinciales, vinculados a Javier Arenas, protestaron porque nadie había contado con su opinión para proclamar a Sanz.

Este hecho se interpretó como una especie de pulso entre Arenas y Cospedal por el control de la formación de centroderecha en Andalucía, pieza clave para cualquier político que aspire a presidir el PP o para cualquier presidente nacional que pretenda frenar una revuelta interna, como quedó patente en el congreso de Valencia en 2008.

En aquella cita, el liderazgo de Rajoy estuvo en el aire tras su segunda derrota electoral, pero el incondicional apoyo de los populares andaluces, capitaneados por Arenas, y de los valencianos, presididos por Francisco Camps, consolidó el control de Rajoy sobre el PP. Pese al revuelo en los prolegómenos de la junta directiva del PP andaluz, ninguno de los presuntos críticos tomó la palabra ante Cospedal, que estuvo arropada por Carlos Floriano, vicesecretario de Organización del PP. De hecho, las decisiones importantes se cerraron en un almuerzo previo en el que participaron todas las partes en litigio.

«Todo es un invento de los periodistas, Arenas no ha presionado a nadie ni ha vetado a nadie en Andalucía», indicó una fuente cercana al actual vicesecretario de Política Autonómica del PP.

Este es el segundo intento, y definitivo, de Zoido por forzar su relevo. «A mí no me marca la agenda nadie», recalcó Mariano Rajoy en enero, cuando frenó el primer intento de la actual cúpula de los populares andaluces por imponer a José Luis Sanz, pero la falta de consenso en torno a su persona entre los dirigentes territoriales hizo que Rajoy volviera a frenar su designación este martes.

Cospedal eludió pronunciar un nombre, como tampoco lo hizo Zoido. La lugarteniente de Rajoy en el partido advirtió a los dirigentes de que no deben centrarse «en el debate sobre las personas», sino sobre los proyectos. En el PP «hay muchos nombres propios», remachó. Cospedal, de acuerdo con Rajoy, aparcó cualquier nombre para calmar los ánimos de cara a una negociación los próximos días sobre el candidato.

Congresos más abiertos

El PP, según otras fuentes, podría inaugurar en Andalucía una nueva etapa en los procedimientos de elección de sus dirigentes regionales en España. Sin modificar las pautas que marcan los estatutos, se optaría por congresos más abiertos, en los que se huiría de la candidatura única, tan denostada por algunos referentes del PP, como Esperanza Aguirre, que llegó a plantear la necesidad de elecciones primarias en su partido, como respuesta a las que harán los socialistas. El plazo para presentar candidaturas en Andalucía se cerrará el 12 de febrero y tan solo se necesitarán 90 avales para entrar en liza.

En su discurso de despedida, Zoido apostilló que «nadie es imprescindible». Lanzó, además, un misil en un mensaje que algunos interpretan como un reproche a Arenas. «El próximo presidente -dejó caer- me tendrá lo suficientemente cerca para darle su apoyo, pero lo suficientemente lejos para evitar injerencias».

En esta misma línea, Cospedal agradeció al alcalde de Sevilla que siempre hubiera ido «de frente, con la cara limpia y la mirada clara», en lo que muchos vieron un mensaje subliminal para los que intentan maniobrar a su espalda.