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Bill Aalto, legendario miembro de la brigada Lincoln, en una foto de pasaporte. :: R. C.
Sociedad

La vida extrema del camarada Aalto

Reverte rescata al bravo brigadista, poeta comunista y homosexual que inspiró a Hemingway y amó a Auden

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La vida de William Aalto (Nueva York, 1915-1958) daría para varias novelas. Nacido en el Bronx, hijo de inmigrantes comunistas finlandeses, fue activista sindical en la Gran Depresión, brigadista republicano en España, homosexual comunista y pendenciero, denunciado por los suyos ante la inquisición de McCarthy en la caza de brujas. Poeta mediocre y entusiasta, eterno resistente, Bill Aalto liberó a 300 presos republicanos en el granadino fuerte de Carchuna. Tras vagabundear por Europa acosado por el FBI, murió de cáncer, marginado, traicionado y alcoholizado. Por el épico episodio de la Guerra Civil le conoció Jorge M. Reverte (Madrid, 1948), que tanteó novelar el asalto. Supo que la hazaña era la punta de iceberg de «una vida extrema» plena de excesos, aventuras y traiciones y se impuso escribir su biografía.

El resultado es 'Guerreros y traidores' (Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores), 250 páginas de apasionante lectura en las que a través de la peripecia de Aalto cuenta Reverte las andanzas de un conjunto de relevantes personajes. Una generación histórica, con periodistas y escritores como Ernest Hemingway -a quien Aalto inspiró para sus novelas- Robert Capa, John Dos Passos, poetas como W.H Auden y James Schuyler -a los que amó- y camaradas de armas como Milton Wolf o Irving Goff, cuyas vidas se cruzaron con la de Aalto.

Buscando material sobre la Guerra Civil, Reverte dio casualmente con Aalto, teniente de la brigada Lincoln entre 1937 y 1939. «El 23 de mayo de 1938 protagonizó en Carchuna, al lado de Motril, la mayor hazaña de la guerra. Con un comando de 30 milicianos y brigadistas liberó a 308 oficiales, comisarios y soldados republicanos». El épico hecho hubiera dado «para un gran reportaje, una novela y un par de películas de haber acaecido en Estado Unidos», dice Reverte, que barajó escribir un guion.

Su olfato de sabueso se puso en marcha y pronto descubrió que la vida del teniente Aalto «era una mina». «Supe que ser homosexual le costó la expulsión del partido comunista estadounidense, que le impidieron participar en la Segunda Guerra Mundial, que fue traicionado por sus mejores amigos, o que perdió una mano enseñando a lanzar granadas en un campo de adiestramiento». Los propios comunistas desvelaron su homosexualidad al FBI que le acosó en sus vagabundeos por Europa para combatir el nazismo a las órdenes de William Donovan.

De vuelta a Nueva York, traicionado y humillado, «sale del armario de aquella manera, a finales de los cuarenta para moverse en los ambientes más turbios y tolerantes», los que frecuentan grandes poetas como W.H Auden, con quien coqueteó, y James Schuyler, «que será su amante y al que persiguió, cuchillo en mano y con afán asesino, en la cocina de la casa de Auden en Ischia».

Héroe

El exceso marcó la vida de este «ser encantador, borracho tan violento como tierno y valiente», un manco empeñado en ser poeta «consciente de su falta de talento». «Es un heroico homosexual al que no dejan ser un héroe por ser homosexual», resume Reverte la paradójica vida de Aalto. Ha localizado solo con un par de fotografías, pero contó con sus cartas manuscritas y testimonios de su paso por Madrid, Córdoba, Jaén o Albarracín. «La voladura de un puente en esta localidad turolense inspiró el episodio clave de 'Por quién doblan la campanas' a Hemingway, que, como Dos Passos, habla de él en sus crónicas, sin mencionarle explícitamente, para venderlas mejor en Estados Unidos». Internet le ha facilitado a Reverte el acceso a fuentes originales, que recorrió casi todos los escenarios de la vida de Aalto. «Me divierto tanto escribiendo como investigando, y ese es el primer paso para que disfrute lector», dice. Ha cambiado el chip del narrador por el del historiador «y en lugar de buscar el adjetivo, huyo de él». «El prisma es muy distinto; hay que tener mucho cuidado, dudar de los propios protagonistas y contrastar lo que dicen. La memoria nos traiciona a todos».

«No tengo tiempo para contar todas las historias que me bullen en cabeza», concluye Reverte que «pronto» resucitará a Julio Gálvez, detective del que ha publicado seis novelas. Periodista, cineasta, novelista e historiador, ha dirigido documentales como 'La batalla del Ebro', 'Corazones de hielo' -sobre las víctimas en el País Vasco- y 'Yoyes'. Es autor de los ensayos históricos 'Hijos de la guerra', 'Soldado de poca fortuna', 'La batalla del Ebro', 'La batalla de Madrid', 'La caída de Cataluña', 'La furia y el silencio', 'El arte de matar y 'La División Azul'.