#Elivaba

El último palo a la provincia de Cádiz nos lo dan los técnicos de Hacienda. Concretamente, su estudio sobre el avance del fraude en España deja a nuestra provincia fatal, con casi un 30% de economía sumergida. Un 5% mas que el resto de España. Otro clavito a clavar en el ataúd de nuestra prosperidad.

Por mucho que se empeñen los técnicos en subrayar su inmoralidad, el problema de la economía sumergida es que la gente la ve justificada. De hecho, hasta yo creo que en Cádiz si no fuese por el 30% de economía sumergida, con un 40% de paro habría una revuelta popular.

Suma esta justificación, al hecho de que en nuestro país hay tantas leyes y reglamentos que se hace muy difícil cumplirlas todas (quién no ha conducido a mas de 120). Y a que la economía sumergida ha sido siempre endémica de los países católicos del sur frente a los protestantes del norte. Y llegas sin problema al resultado de los 253.000 millones de euros de economía sumergida de los que hablamos.

Comparto la idea de que la economía sumergida esta destrozándonos a los que pagamos impuestos. Los talleres, fontaneros y albañiles no pueden competir con chapuzas y chiringuitos. El que no paga obliga al que paga a pagar el doble. O quizás más del doble porque, normalmente, el que está trabajando ilegalmente en nuestra provincia, además, está chupando del paro, con lo que defrauda por dos.

Lo que no comparto es la solución. Esto no se soluciona empapelándonos a leyes y crujiendo a multas. El hambre no tiene miedo y es una realidad que, cuanto más leyes hay, mas corrupción se genera.

La solución es la contraria. Está comprobado. Bajando impuestos y retenciones se consiguen mejores resultados y recaudaciones.

Pero para eso, los gobiernos tendrían que estar dispuestos a reducir esta administración elefantiásica de la que disfrutamos. Hasta que esto suceda, que no va a suceder, seguiremos viviendo en un país, como dicen las comparsas, en el que «ELIVABA te va a robar pa los 40 gorrones» y en el que muchos van a seguir pensando que «cotizar es sólo otra marca de whisky (Cutty Sark)». Le pese a quien le pese.