El príncipe 'mariachi' de Sochi
El mexicano Hubertus von Hohenlohe, hijo del magnate de la 'jet' marbellí, estará en los Juegos, en esquí alpino, con un original traje
MADRID.Actualizado:No será su nacionalidad, tan inusual en competiciones invernales, el detalle más llamativo de este singular deportista de alta montaña en los Juegos que comienzan la próxima semana. Con su participación en Sochi serán seis las olimpiadas en el haber de este mexicano que responde al suntuoso nombre de Hubertus Von Hohenlohe-Langeburg. Rebasada por mucho la cincuentena, sabe que el éxito deportivo está ya muy lejos de su alcance, pero no ceja en su empeño de preservar el 'exotismo' en la élite blanca. Para ello, surcará las pistas del Cáucaso, en la modalidad de esquí alpino, ataviado con un peculiar traje que rinde tributo al mariachi, patrimonio de la tierra de los aztecas reconocido por la Unesco.
Nació en suelo mexicano casi por casualidad. Su padre, Alfonso de Hohenlohe, desembarcó al otro lado del Atlántico para desplegar en aquellos lares la maquinaria pesada de Volkswagen. Fue antes de que este magnate concibiera en la costa malagueña el epicentro de la 'jet' más histriónica. Y aunque Marbella fue el lugar que le vio crecer, Hubertus siempre mantuvo intacto el vínculo con su México natal.
No es el primer ejemplo de aristócrata con vocación olímpica. En España no hay que remontarse demasiado en el tiempo para encontrar alguno. Más difícil es recordar una figura de rancio abolengo que desempeñe ocupaciones tan variopintas. Príncipe heredero de un imperio sepultado por la historia, hombre de negocios, fotógrafo ocasional de desnudos 'artísticos', Hubertus llegó incluso a probar suerte en la música con el ilustrativo seudónimo de Andy Himalaya.
Pero del origen teutón de la dinastía a la que pertenece parece llegar su auténtica pasión. Con apenas 22 años fundó la Federación Mexicana de Esquí y bajo esta bandera debutó en los juegos invernales de Sarajevo en 1984, los primeros organizados en un país socialista. En 2010, tras varios años inactivo a raíz de una grave lesión y los obstáculos de la edad, Hubertus recuperó el tono de la alta competición y logró clasificarse para participar en Vancouver. Ahora repetirá en tierras rusas.
Cuando arranque la competición, el próximo 7 de febrero, habrá cumplido ya los 55 años. Una edad, será de lejos el más longevo en Sochi, que no frena las ambiciones del peculiar aristócrata. Su empeño en dar visibilidad a países tradicionalmente ajenos al deporte de alta montaña ya le llevó en los Juegos de 2010 a encargar un atuendo que portaba, bien visible, la leyenda 'mexicano desesperado' con motivos asociados a la revolución. En otras carreras se le pudo ver con una llamativa indumentaria de tonos verdosos que reivindicaba la lucha por la protección del medio ambiente. En esta ocasión será el emblema del folklore de su tierra natal el que desfilará por las pistas de esquí de las colinas del Cáucaso.