Duelo con sabor a Oscar
Amy Adams y Jennifer Lawrence bordan sus actuaciones en 'La gran estafa americana'Las actrices aspiran a la estatuilla dorada con dos papeles que rompen con la imagen que han forjado en otras películas
MADRID.Actualizado:Una es el prototipo de niña buena que nunca ha roto un plato; la otra, el sex symbol del momento. Las dos se encumbraron gracias a producciones de corte independiente y en sus figuras se percibe un aroma a las estrellas de la época dorada de Hollywood. Si Amy Adams recuerda a Eleanor Parker por su melena pelirroja, Jennifer Lawrence tiene el halo de 'femme fatale' de una Veronica Lake. Nada más fácil que otorgarles papeles acordes a dichas imágenes. Pero si por algo se caracteriza David O. Russell es por rehuir los convencionalismos y jugar a la contra. Una querencia por el riesgo que ha colocado a la última cinta del realizador, 'La gran estafa americana', que llega este viernes a la cartelera, como gran favorita para la 86 edición de los Oscar y a sus dos protagonistas femeninas entre las finalistas a la estatuilla dorada en los apartados de mejor actriz y mejor actriz secundaria, respectivamente.
El filme, basado en hechos reales, narra la historia de Irving, un estafador reclutado por un agente del FBI con el fin de poner el descubierto un turbio mundo de corruptelas en el que se ve sumido un político de Nueva Jersey. Una empresa en la que tendrá a su lado a su seductora amante, Sydney, y que podría abaratar su despechada esposa, Rosalyn. Mafiosos, políticos y federales pululan por un largometraje ambientado en los años setenta que bebe de quien mejor ha retratado ese escenario, Martin Scorsese.
Con estos ingredientes urde David O. Russell una historia de amor y supervivencia en la que lleva al límite a Lawrence y Adams sacándolas del terreno en el que se sienten más cómodas. Yendo más allá del carácter angelical que Adams había cultivado en títulos como 'Encantada. La historia de Giselle', el director le extrae una vena provocativa y manipuladora que hasta el momento había permanecido oculta. Por el contrario, a la rubia cuya voluptuosidad la convierte en la perfecta revienta-matrimonios le otorga el rol de cornuda en cuyas manos está la suerte de su traicionero marido y su socia.
Una pirueta que no podría haber dado resultado sin la lealtad que le profesan ambas estrellas, integrantes, como también lo son sus compañeros de reparto Christian Bale y Bradley Cooper, del ejército de leales con que cuenta un hombre que en el pasado mantuvo sonoros encontronazos con intérpretes como George Clooney o Lily Tomlin. Con Adams trabajó el director en 'The fighter' (2010), película que le deparó a la actriz su tercera nominación al Oscar -con la de este año suma ya cinco, sin que por el momento le haya caído ninguna estatuilla-. Sí la recogió el año pasado Lawrence, merced precisamente a la sabia guía del realizador en 'El lado bueno de las cosas' (2012). Y si la pelirroja lo tiene difícil ante la inclusión entre las nominadas de Cate Blanchett ('Blue Jasmine'), el camino de la rubia no parece tan empinado, por mucho que enfrente tenga a una ilustre veterana como Julia Roberts y a una refrescante debutante en estas lides como Lupita Nyong'o.
Al alza
Pase lo que pase en el Dolby Theatre el próximo 2 de marzo, las dos actrices cotizan al alza. Lawrence, que se destapó para el gran público en 'Lejos de la tierra quemada' y se consagró con 'Los juegos del hambre', ha visto cómo su salario pasaba de los 500.000 dólares que cobró por la primera entrega de la saga a los diez millones que se ha embolsado por la segunda. El éxito no ha alterado la estrategia de esta actriz de meteórico ascenso, consistente en combinar superproducciones como 'X-Men: Días del futuro pasado', donde retoma el papel de Mística, con proyectos más comprometidos en la línea de 'Serena', un filme de la danesa Susanne Bier ambientado en los tiempos de la Gran Depresión y en el que vuelve a compartir créditos con Bradley Cooper.
Algo parecido a lo que sucede con Adams, una mujer cuya escalada a la cima de Hollywood ha sido más trabada, con momentos en los que parecía a punto de precipitarse en el abismo de las comedias banales mezclados con otros en los que sacaba a relucir su versatilidad, ya fuese como pareja de un boxeador en horas bajas en la mencionada 'The Fighter', ya como esposa del gurú de un movimiento filosófico-religioso en 'The Master' (Paul Thomas Anderson, 2012). Por ello, tras poner rostro a Lois Lane en 'El hombre de acero', completó un dorado 2013 con 'Her', el drama de Spike Jonze que cuenta con cinco candidaturas a los Oscar. Para más adelante quedan 'Big Eyes', un filme de Tim Burton en el que pone rostro a la pintora Margaret Keane, o la proyectada 'Batman vs. Superman'. El presente y el futuro de Hollywood, como a su compañera en 'La gran estafa americana', le pertenece.