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Los manifestantes esperan acontecimiento junto a una barricada de neumáticos en llamas en el centro de Kiev. :: REUTERS
MUNDO

El Maidán va ahora a por las elecciones

La revuelta de Ucrania tumba al Gobierno y fuerza la retirada de las leyes contra las protestas

RAFAEL M. MAÑUECO ENVIADO ESPECIAL
KIEV.Actualizado:

La oposición ucraniana y los manifestantes congregados en la plaza de la Independencia de Kiev (Maidán) lograron ayer los primeros frutos después de más de dos meses de movilizaciones. Nikolái Azárov, jefe del Gobierno de Ucrania desde marzo de 2010, presentó su dimisión, lo que, según la Constitución del país, implica la renuncia del Gabinete al completo.

Y con sólo dos votos en contra, la Rada (Parlamento) revocó además nueve de las doce leyes «dictatoriales» que la misma Cámara había aprobado el pasado día 16. La promulgación de esta normativa, que restringe derechos fundamentales como los de reunión y manifestación, fue lo que provocó, a partir del domingo 20, la radicalización de la protesta, el recrudecimiento de los disturbios y los primeros muertos.

El presidente Víctor Yanukóvich aceptó la decisión de dejar el cargo tomada por Azárov, que fue hasta ayer su mano derecha, y pidió a los ministros que continúen desempeñando sus funciones hasta la formación de un nuevo Gobierno. El hasta ahora primer viceprimer ministro, Serguéi Arbúzov, ocupará de forma interina la jefatura del Gabinete. Azárov, el geólogo de 66 años nacido en Rusia que fue fiel lugarteniente del jefe del Estado, se marcha después de la humillación que sufrió el fin de semana, cuando Yanukóvich ofreció su puesto a uno de los líderes de la oposición.

Las concesiones del poder no parecen suficientes como para aplacar las iras del Maidán y conseguir que finalice la protesta y se retiren las barricadas. Falta todavía lo más importante, la convocatoria de elecciones anticipadas legislativas y presidenciales. A través de un comunicado difundido ayer por la formación Batkívshina (Patria), su máxima dirigente, Julia Timoshenko, que cumple una condena de cárcel de siete años, llamó a continuar las movilizaciones.

«Ni el poder se ha arrepentido ni la oposición ha conseguido la victoria. Esto es solamente el primer resultado tangible de la lucha de quienes han salido a las calles y plazas», señala Timoshenko en su misiva. Según sus palabras, «si ahora os detenéis, sin obtener la victoria total, serán traicionadas las víctimas» que se han quedado en el camino. La mujer que condujo la 'Revolución Naranja' de 2004 y fue primera ministra en dos ocasiones no dudó en advertir de que «Yanukóvich cambiará el Gobierno de Azárov por otro igual de corrupto».

Según el ex ministro de Interior, Yuri Lutsenko, «la gente no ha estado en el Maidán pasando frío o arriesgando su vida en la calle Grushévskaya solamente para que se vaya un viejo resabiado como Azárov».

En un comunicado en el que explica los motivos de su renuncia, Azárov dice haber querido «posibilitar un acuerdo político y social que contribuya a una salida pacífica» de la crisis que, con altibajos, se prolonga ya desde noviembre pasado. Y un cambio de Gobierno es sólo una de las exigencias planteadas por la oposición y los manifestantes.

«Solución pacífica»

La nota del ex jefe del Gobierno señala que «en esta situación de confrontación, el Ejecutivo ha hecho todo lo posible para lograr una solución pacífica al conflicto. Hemos intentado por todos los medios evitar el derramamiento de sangre, la escalada de la violencia y la conculcación de los derechos civiles». Azárov lamenta haber tenido que garantizar el funcionamiento de la economía y el sistema de seguridad del país «en condiciones extremas». En el texto del comunicado incluye también un llamamiento a «preservar la unidad y la integridad de Ucrania».

El Gabinete de Azárov decidió el 21 de noviembre rechazar en el último momento la firma de un acuerdo de asociación con la Unión Europea, provocando el inicio de la mayor protesta registrada en Ucrania desde su independencia. Pero lo cierto es que la primera responsabilidad de tal decisión recae realmente sobre Yanukóvich.

Queda ahora por ver quién se pondrá al frente del nuevo Gobierno, ya que Arseni Yatseniuk, líder de Batkívshina en ausencia de Timoshenko, declinó el ofrecimiento envenenado del presidente de ocupar el puesto de primer ministro, planteado la noche del sábado. Lo que parece evidente es que el próximo jefe del Ejecutivo deberá ser una figura que, al menos de entrada, no resulte odiosa a la oposición.

Otra de las concesiones hechas por Yanukóvich en la reunión que mantuvo el lunes con Yatseniuk, Vitali Klichkó (UDAR) y Oleg Tiagnibok (Svoboda) fue una amnistía para todos los detenidos en los desórdenes de las últimas semanas. La cuestión se discutirá hoy en el Parlamento, pero el presidente exige como condición para aplicar esta medida que los manifestantes abandonen las protestas y regresen a sus casas. Ayer llegó a Kiev la jefa de la Diplomacia de la UE, Catherine Ashton, para intensificar los esfuerzos de mediación.