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Un hombre observa los destrozos tras un ataque ayer del régimen sirio en la ciudad de Alepo. :: REUTERS
MUNDO

Homs sufre el atasco de las conversaciones en Ginebra

Los desacuerdos impiden el acceso de un convoy humanitario para ayudar a 2.500 personas cercadas por el Ejército sirio

MIKEL AYESTARAN ENVIADO ESPECIAL
GINEBRA.Actualizado:

Doce camiones están listos desde el domingo para entrar en la parte vieja de Homs y Gobierno de Siria y oposición se acusan de ser culpables de que no puedan llevar alimentos y medicinas para las 2.500 personas cercadas por el Ejército en este bastión rebelde del centro del país. Tampoco se ha abierto el corredor acordado para la salida de mujeres y niños porque «Bashar el-Asad les considera a todos los que están allí terroristas», según el negociador de la oposición, Mohamed Shabra, que admitió que «la gente tiene miedo de salir por las represalias de las fuerzas de seguridad».

El viceministro de Exteriores, Faisal al-Mekdad, pidió «garantías de que la ayuda no va a terminar en manos de terroristas» en una jornada marcada por el estancamiento en unas conversaciones que sólo tuvieron una sesión de mañana. «Por la tarde he cancelado el encuentro para que puedan reflexionar las dos partes», confirmó el enviado especial de Naciones Unidas y la Liga Árabe para Siria, Lajdar Brahimi, que admitió la «falta de acuerdos», pero subrayó que «seguimos aquí y eso es suficientemente bueno en lo que a mí se refiere».

La negociación no avanza y los opositores acusan al régimen de «poner cada día sobre la mesa cualquier pretexto para abordar la formación de un gobierno de transición», lamentó Mohamed Shabra, miembro de la oposición, al concluir la reunión. Ese «pretexto» del día fue la supuesta aprobación «secreta» por parte del Congreso de Estados Unidos de la entrega de armas ligeras a los rebeldes «moderados» al sur de Siria, según fuentes de seguridad europeas y estadounidenses citadas por Reuters.

Al-Mekdad consideró «el envío de armas como el peor mensaje que puede mandar Washington a Ginebra. Hay que detener el envío de armas a los terroristas». El portavoz de la delegación opositora, Louay Safi, insistió en que «la única ayuda que recibimos de Estados Unidos es no letal» y el mediador de la ONU, Lajdar Brahimi, calificó la noticia de «rumor» y aseguró que «no hay ninguna confirmación oficial por parte de Estados Unidos, uno de los países que más ha trabajado por esta conferencia de paz, por lo que no tiene sentido que al mismo tiempo estuviera vendiendo armas».

Negociación indirecta

Cada día se repite la misma escena en el Palacio de la Naciones Unidas de Ginebra. Las delegaciones del Gobierno sirio y la oposición llegan por la mañana minutos antes de la reunión con Brahimi y entran por puertas separadas a la misma sala. «No hay saludos de ningún tipo, no nos miramos a la cara y tampoco nos dirigimos la palabra», asegura Hussam Haffez, exdiplomático del régimen sirio en Irán, Reino Unido y Armenia que desertó en 2012 y es miembro de la delegación opositora.

El mediador de la ONU se encarga de recibir los mensajes de cada grupo -en ocasiones por escrito- y trasladarlo al otro grupo que aunque está en la misma sala podría estar perfectamente en una adyacente. Nada de cámaras en el interior, ni siquiera las del organismo internacional. La distancia se mantiene a la salida, cuando los miembros de las dos delegaciones incumplen las instrucciones de Brahimi y acuden a los medios para destripar los contenidos del encuentro. Es lo único que comparten Gobierno y oposición en unas negociaciones en las que cada tarde hay que esperar la salida de Lajdar Brahimi a la sala número tres del Palacio para lograr una visión equilibrada del proceso.